lunes, 21 de febrero de 2022

EL ABUELO PRISIONERO DE GUERRA POR MARIA MERCEDES DI BENEDETTO

Indagaciones genealógicas

María Mercedes Di Benedetto

Nuestra querida consultante Mercedes Di Benedetto tenía la intención de conseguir datos sobre la historia militar de su abuelo paterno, don Luigi, que peleó en la Primera Guerra Mundial. Fue, al menos hasta ahora, la primera vez, que nos pidieron indagar sobre este tipo de historias, por lo tanto, no teníamos mucha noción de qué esperar. Por fortuna, y gracias a la colaboración del Archivio di Stato di Caltanissetta (Sicilia), pudimos recuperar un documento maravilloso: el "ruolo matricolare" (papel de matriculación) de Luigi Di Benedetto; este tipo de archivo es una síntesis del historial del soldado, desde su inscripción en "la leva" (servicio militar obligatorio) hasta el momento en que le otorgan la "baja".

En primer lugar, investigamos a la familia nuclear de don Luigi; Mercedes nos había dicho que el abuelo nació el 9 de septiembre del año 1894, y estaba muy segura de este hecho dado que la información salió de una fuente, a simple vista, muy confiable: el documento de identidad de don Luigi, de la década de 1920. Este documento, por razones que no hemos podido esclarecer, estaba equivocado; don Luigi no nació en 1894, sino en 1885. No fue nada fácil conseguir estos datos. Sólo tuvimos acceso a los registros parroquiales del pueblo de don Luigi, ¡y estaba todo en latín! Sin embargo, el esfuerzo no fue en vano: de no haber hallado el año real de nacimiento, no habríamos podido ubicar el "ruolo matricolare", que es, por lejos, el documento más valioso de esta búsqueda.

Luigi Di Benedetto, su esposa Carmela Lidestri, y sus criaturas. Mediados de la década de 1920.

VAYAMOS EN ORDEN CRONOLÓGICO:

En el año 1906, don Luigi ingresó al servicio militar obligatorio, y fue inscripto como "Soldado de leva de tercera categoría"; al poco tiempo fue declarado inhábil por una inflamación en el testículo derecho, y por esta razón le concedieron el "congedo illimitato", que es un cese del servicio militar. Sin embargo, esto no le garantizó nada: de todas maneras, pasó a formar parte de las reservas del ejército, o sea que aun así podían reclutarlo para pelear en cualquier momento.

Entre 1908 y 1909, Luigi aprovechó la baja del servicio militar y viajó a Buenos Aires, según Mercedes, "para cerciorarse de las bondades de la tan mentada Argentina". Tristemente, mientras se encontraba de viaje, le llegó la noticia del fallecimiento de su padre. Por esta razón regresó a su pueblo natal, en Sicilia, donde en 1910 nacería su primogénito.

Luigi Di Benedetto. 1930-1940


En 1913, decide volver a Buenos Aires, y viaja con su esposa Carmela y su hijito de tres años, Paolo Francesco. En 1914, año en el que estalla la Primera Guerra, nace otra hija, Gina. Y parecería que cada vez que don Luigi dejaba su pueblo, algo terrible sucedía: poco tiempo después, su madre enferma gravemente, y fallece alrededor del año 1916. El 24 de abril de ese mismo año, Luigi y su familia vuelven, una vez más, al pueblo de origen.

Sin embargo, don Luigi no sabía que unos meses antes, el 26 de enero de 1916, ¡había sido llamado a las armas! Y peor todavía, el primero de marzo del mismo año había sido declarado desertor. Al año siguiente, el 15 de enero de 1917 se eleva el hecho de que don Luigi estaba desaparecido "sin causa justificada", y denuncian su situación al Tribunal Militar de Palermo. Al día siguiente, por supuesto, sin su consentimiento, fue asignado al 89° Regimiento de Infantería, más específicamente, a la sección de "Ametralladoristas Fiat 915" ("Fiat 915" refiere al modelo de ametralladora que usó, fabricada por la empresa Fiat - la misma de los automóviles - en 1915). Al poco tiempo fue enviado al campo de batalla, mientras su esposa Carmela estaba embarazada de otra niña.

No sabemos en cuántas situaciones bélicas participó, pero sí sabemos que el 6 de septiembre de 1917, peleando contra los alemanes, cayó herido en medio de una tormenta de nieve, y fue tomado prisionero por el ejército contrario. Durante su cautiverio, nos cuenta Mercedes, don Luigi se ganó la simpatía de sus captores: según el relato oral, escribía poemas y cartas para las novias y las familias de varios soldados; no es del todo claro si esto lo hacía para los prisioneros italianos o para los soldados alemanes, dado que se desconoce si manejaba otros idiomas, pero algo despertó, más que seguro, en la gente que lo tenía cautivo. Al poco tiempo lo relocalizaron en la zona de los depósitos de alimentos, donde "podía comer chocolate a gusto".

Anillo confeccionado con una moneda italiana por don Luigi, durante su cautiverio en Polonia.


Permaneció en esta situación durante más de un año, hasta el 10 de noviembre de 1918. En esta fecha fue enviado a un campo de "concentración de prisioneros" (textual) en Polonia. Pasarían 5 largos meses más, hasta que fue liberado, por fin, el 14 de abril de 1919. 

Ametralladoristas italianos en las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

BUENOS AIRES

Una semana después, el 21 de abril, una sentencia del Tribunal Militar de Caltanissetta declaró que su pena (por haber sido desertor) ya estaba cubierta, y fue absuelto de todo cargo de manera definitiva. Apenas pudo, volvió a su pueblo natal para reunirse con su familia (que, a todo esto, vivió durante años con la angustia de no saber si Luigi regresaría vivo) y allí vio por primera vez a la hijita que había nacido durante su cautiverio. Unos años más tarde, la familia se despidió para siempre de su pueblo natal, y de Italia; decidieron asentarse definitivamente en Buenos Aires, donde nacería en 1922 el último niño de Luigi y Carmela (y padre de Mercedes), llamado Dante Di Benedetto.

LOS RELATOS ORALES

Entre el relato de Mercedes y la documentación escrita, pudimos registrar la historia de don Luigi con un nivel de detalle admirable, cosa que no siempre se consigue. Los relatos orales son una parte imprescindible de nuestra(s) historia(s); son, sin ir más lejos, los mensajes que una generación le deja a las siguientes. Sin estos relatos, la investigación genealógica siempre se empobrece. ¡No pierdan la oportunidad de registrar sus propios relatos familiares!

por María Mercedes Di Benedetto

Director del Blog Chalo Agnelli

FUENTES

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