jueves, 1 de noviembre de 2012

HISTORIA DE LOS ROSSIGNOL (COLABORACIÓN)


Transitando la vida de familias migratorias es notable como sus caminos se cruzan inevitablemente con la historia grande de los pueblos y naciones. 
Sin nostalgias, el pasado se nos cruza a cada vuelta de camino, lo encontramos en los cajones, en una calle por donde una vez anduvo gente que nos precedió y que nos dio identidad, lo vemos en la cara de los hijos, de los nietos. El pasado es un presente quieto cada día que se proyecta en un futuro, dejándonos impávidos cuando no lo alcanzamos y surgen las preguntas que el reservorio de la memoria no contiene en su totalidad entonces se recurre a las fuentes para obtener las respuestas. He aquí una reseña que ilustra estos conceptos. (Chalo Agnelli)
UN LARGO VIAJE
El bisabuelo francés Juan Bautista Rossignol llegó al Perú entre 1875 y 1880. Desembarcó en Lima y se dirigió a Caraz, provincia de Ancash, donde se estableció y  nació Leopoldo Rossignol, mi abuelo, el 11 de noviembre de 1882 según consta en la Cédula de Identidad Nº 435151 emitida en Buenos Aires el 8 de junio de 1921.
Juan Bautista y su familia permanecieron pocos años en Caraz. Cuando nace María Teófila, la única hermana del abuelo, el 31 de julio de 1886 ya estaban radicados en Lima. Está documentado que Teófila nació en Lima, departamento del Callao con Partida de Nacimiento Nº 745. vivían en la calle Faena Nº 27 de ese distrito.
¿De dónde venían?
¿Cómo llegaron?
¿Dónde queda, exactamente, Caraz?
¿A qué se dedicaron?
¿Por qué se fueron de Caraz? 
Estas son preguntas básicas que de acuerdo a los datos obtenidos y recogidos, ahora, tienen respuesta.

¿DE DÓNDE VENÍAN?
 Investigando la historia de los Rossignol en Francia surge bibliografía con estos títulos: Antoine Rossignol & El Gran Código De Luis XIV”

 

LOS ROSSIGNOL, CRIPTÓGRAFOS DE SU CRISTIANÍSIMA MAJESTAD

ANTOINE ROSSIGNOL & EL GABINETE NEGRO
En Francia, desde el siglo XVIII, la palabra "rossignol" (ruiseñor), se convirtió en una palabra coloquial para expresar la idea de una clave o de un juego de llaves "passe-partout" para abrir cualquier cerradura, y no por culpa del pájaro sino por que Antoine Rossignol fue uno de los mejores expertos en códigos y descifrados, fuese para elaborar o para descifrar las comunicaciones secretas de su tiempo. Su hijo y su nieto siguieron la tradición y estuvieron a sueldo de la Corona Francesa de por vida.
Natural de la ciudad de Albi, Antoine Rossignol nació en 1600 y murió en 1682. Aparece en escena durante el sitio de la ciudad de Réalmont, villa hugonota (protestante) que se había sublevado contra la autoridad real, y cuyo asedio era dirigido por el duque Enrique II de Borbón, Príncipe de Condé. Sus soldados interceptan un correo cifrado de los rebeldes hugonotes y piden a Antoine Rossignol, entonces un matemático de 26 años de edad, que tenía la reputación de ser un experto en códigos secretos, que descifre la misiva de los sitiados. En pocas horas, Rossignol devela el contenido del mensaje interceptado y lo traduce para llevarlo al Príncipe de Condé.
Este hecho llamó poderosamente la atención del primer ministro de Luis XIII, el Cardenal de Richelieu, que encontraba en el cifrado un medio de gran utilidad para sus actividades diplomáticas y de espionaje. Y, cuando Rossignol volvió a lucirse al descifrar otra misiva encriptada de los protestantes rebeldes de La Rochelle, en 1628, el cardenal no dudó un instante en asegurarse sus servicios.
Convertido en un precioso servidor de la Corona y del Estado, Antoine Rossignol mejoró el sistema de cifrado por sustitución, utilizado en la Corte gala para sus correos. El nuevo sistema, bautizado como "nomenclatura", consistía en un sistema híbrido entre código y cifrado llamado "sistema de repertorios". Lo revolucionario del sistema Rossignol, era sobretodo que el receptor del mensaje cifrado necesitaba de dos índices (dos diccionarios) para descifrar completamente la misiva.
Durante el reinado de Luis XIV, Rossignol y su hijo Bonaventure, asociado al trabajo paterno y a sueldo de la Corona, estuvieron trabajando tanto en su residencia señorial de Juvisy, en las afueras de París, como en un despacho contiguo al gabinete privado del Rey en el palacio de Versailles. Para él, los Rossignol padre e hijo concibieron "le Grand Chiffre" (La Gran Cifra), también conocido como "la Gran Cifra de Luis XIV".
Antoine Rossignol, Consejero Privado de Su Majestad, falleció en diciembre de 1682, a la edad de 82 años según "Le Mercure de France" (el primer periódico oficial francés del siglo XVII) en su mansión de Juvisy. Su pensión anual de 12.000 libras pasó entonces a su hijo y sucesor en el cargo (al frente del Gabinete Negro), Bonaventure Rossignol. De hecho, Bonaventure y su hijo Antoine-Bonaventure (nieto del difunto), fueron promovidos ambos al puesto de presidente de la Corte de Cuentas.
Cuando el nieto falleció, el gran código o "Grand Chiffre" murió con él, llevándose a la tumba las claves para descifrar todos los papeles de Estado que estaban clasificados como secretos. Sin claves y sin las bases del concepto se necesitó una ardua investigación para conseguir las claves de los Rossignol (1890).
Lo realmente increíble de esta anécdota, es que tanto la IIIª República como los regímenes que la precedieron y que surgieron después de la Revolución Francesa, no pudieron leer los archivos diplomáticos franceses de la época hasta después de 1890.
¿Qué relación hay entre los Rossignol criptógrafos, servidores de la Corona francesa y el bisabuelo? No lo sabemos, lo que sí sabemos es que el ciudadano común no puede llegar a un país y recibir tierras con minas de plata para su explotación. Sí sabemos, porque la historia se recicla, que para recibir esos beneficios se necesita un apellido influyente y cercano al poder, también puede haber otros motivos, por ejemplo, llegar a América con alguna misión.

¿CÓMO LLEGARON A CARAZ?
En la década de 1870, exactamente en 1872 comenzó a funcionar el ferrocarril de Chimbote a Tablones y en 1876 de Tablones a Huallanca. Si bien estaba proyectado que cubriera el Callejón de Haylas nunca se concretaron las etapas siguientes, es decir el ferrocarril no llegó a Caraz.
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…entonces, ¿Cómo llegaron?
Debieron venir desde Lima en mulas y caballos, con ayuda del ejército, o bien en barco de Lima al puerto de Chimbote, luego en ferrocarril para el tramo Chimbote – Huallanca y finalmente en mulas, caballos y o carretas para llegar desde Huallanca a Caraz.
Este es el camino más probable teniendo en cuenta que la distancia a caballo para recorrer Huallanca Caraz es mucho menor que la distancia Lima Caraz.
Nosotros hicimos el camino de Lima a Huaraz, ubicada también en el Callejón de Huaylas. Lo hicimos en colectivo, durante ocho horas, por caminos de cornisa, a cinco mil metros de altura, sintiendo el ruido y la fuerza del motor  para las subidas, entre las montañas más altas de la Cordillera blanca y la Cordillera negra. Realmente, los europeos que llegaron a esta tierra desconocida en busca de un destino diferente fueron valientes y aventureros.
¿DÓNDE QUEDA, EXACTAMENTE, CARAZ?
El departamento de Ancash, cuya capital es Huaraz, limita al sur con el departamento de Lima.
El departamento de Ancash está conformado por una franja de costa, una de montañas y otra de selva. Comprende al Callejón de Huaylas, un valle longitudinal situado entre las dos cordilleras que recorren la zona: la Cordillera Blanca y la Cordillera Negra.
Al Callejón lo atraviesa el Río Santa y siguiendo el recorrido del río se encuentran las ciudades más importantes del departamento: Huaraz, la capital, Carhuaz, Yungay y Caraz. Entre las ciudades hay poca distancia, setenta Km. entre la primera y la última y tienen una alta densidad poblacional.
...y conocimos Caraz, un pueblo tranquilo dormido en la siesta de un sábado de diciembre. Teníamos muchas preguntas y pocas respuestas, hasta que un maestro se acercó a nosotros. Le conté que ahí había nacido mi abuelo en 1882 y toda su juventud y voluntad docente se multiplicó en esfuerzos para contarnos que los edificios antiguos habían sido destruidos, en su mayoría, como consecuencia de varios terremotos, junto con ellos documentación y testimonios. Nos mostró la iglesia, reconstruida en parte, la casa en la que estuvo Bolívar, el pueblo arriba, sepultado por el alud.
Afirmó el carácter del pueblo “Caraz, dulzura” como dicen los carteles de bienvenida.
¿A QUÉ SE DEDICARON?
La presencia del ferrocarril facilitó el establecimiento de numerosas explotaciones mineras de propietarios extranjeros especialmente en la Cordillera Negra, obviamente, los europeos que arriesgaron su presencia y emprendimiento en el lugar se convirtieron en los dueños de las minas y las comunidades indígenas asentadas en su área de influencia se incorporaron como mineros.
Entonces, Juan Bautista se dedicó a la explotación minera… hay numerosa bibliografía que lo acredita y también la memoria y los recuerdos. La abuela Sara, la esposa del abuelo Leopoldo hablaba de las minas de la familia y también lo hacían las tías mayores.

¿POR QUÉ DEJARON CARAZ?
Nuevamente recurrimos a la historia documentada…
En marzo y abril de 1885 se produce una rebelión indígena dirigida por Pedro Pablo Atusparia. Sitiaron durante dos meses la ciudad de Huaraz, Capital del departamento de Ancash. La rebelión se extendió rápidamente a las ciudades cercanas.
Cuando se levantó el sitio continuó la lucha guerrillera, minera y campesina en la Cordillera Negra. Participaron de la rebelión entre veinte y veinticinco mil indígenas. Esta sublevación es una expresión manifiesta de las contradicciones de un continente latinoamericano conformado por un pueblo con limitaciones y escasa participación  y un capitalismo incipiente, precario, que empieza a marcar relaciones y destinos.
Los dirigentes de la rebelión eran caudillos indios y mestizos e intelectuales mestizos y criollos esperanzados en una sociedad distinta, pero surgen también entre ellos diferencias étnicas que contribuyen al estado de desorden general, mientras la lucha de clases se profundiza entre terratenientes y campesinos.
Volvemos a marzo de 1885, la sublevación era incontenible, todos los pueblos indios del Callejón de Huaylas se iban sumando y cercaron las ciudades de Yungay, Carhuaz y Caraz. Hubo violentos enfrentamientos y murieron nativos de la tierra en un número muy importante.
Los europeos sintieron un profundo temor por los sucesos y no tenían la seguridad de que las fuerzas del orden los defendieran. En esta situación comenzaron a huir hacia las ciudades serranas de la costa. Lo hicieron como pudieron llevando sus familias y, en lo posible, los bienes, debido a que las mulas eran escasas. Los terratenientes que quedaron comenzaron a cambiar las tácticas y empezaron a negociar con dinero y armas a cambio de no ser atacados o como salvoconducto para poder partir, también hubo alcohol, música y mujeres. La suma de negociaciones, las debilidades  y el importante número de bajas entre los nativos contribuyeron a la derrota de la sublevación.
El 11 de mayo de 1885 se llegó a un acuerdo de paz. Cabe recordar que el ideólogo de la sublevación era el joven periodista criollo Luis Montestrueque, muerto en uno de los enfrentamientos. Había estudiado en la Universidad de San Marcos y había leído la literatura socialista que llegaba a Lima. Este joven expresaba la impotencia de su generación ante las condiciones sociales de su tiempo.(1)
Es ese contexto Juan Bautista se fue de Caraz con su esposa, Carolina Campos, y su hijo de tres años, mi abuelo; esto no significa que haya renunciado a sus posesiones, que seguramente administró desde Lima.
Cuando nace Teófila María, el 31 de julio de 1886, segunda hija de Juan Bautista y única hermana del abuelo Leopoldo, la familia estaba radicada en Lima.

CONTINÚA LA HISTORIA…
El viajero francés que llegaba a Perú en el siglo XIX era un hombre culto, de buena posición económica que encontraba un espacio para sus vacaciones, un buscador de emociones nuevas que seguramente esperaba encontrar en tierras lejanas y en todos los casos era un transeúnte, un hombre de paso.
Entre 1860 y 1890 llegaron al Perú dieciocho franceses (2), entre ellos Juan Bautista, la mitad de ellos fueron viajeros accidentales, es decir, muy pocos franceses continuaron su vida en Perú, pero en este caso la familia que había partido de Caraz en tiempos de la sublevación indígena se estableció en Lima, definitivamente.
La ciudad vivía La Belle Epoque”. La arquitectura, la moda y las tendencias intelectuales y científicas francesas fueron ampliamente aceptadas en la Lima de esa época. Los intelectuales peruanos se identificaban con las ideas liberales francesas.
Se recibía con beneplácito el establecimiento de los artistas y profesionales de este país. Entre ellos llegaron varios fotógrafos que documentaron la historia de Lima y la del Perú con fotografías de diferentes personajes de la época, de paisajes de la ciudad, y de sucesos importantes.
En 1838 había llegado don Francisco Courret, comerciante francés, que se asienta en Lima y funda una tienda de novedades y de muebles llamada “La Mampara de Bronce”. Fue en esta misma localidad, en la que posteriormente, Eugenio y Aquiles Courret, hijos de don Francisco, fundan en 1863 un estudio fotográfico que se convertiría en uno de los más importantes de la época. El negocio tuvo un éxito sin precedentes. Sus fotografías gozaron de renombre nacional e internacional. (3)
En la Biblioteca Nacional del Perú, precisamente como parte de la valiosa colección Courret, guardada bajo llave, en el tesoro, se encuentra la fotografía tomada a Juan Bautista en 1891
. La Biblioteca está en Avenida de la Poesía 160, distrito de San Borja, en Lima. La foto tiene el Código 14D 1513 y es una placa de vidrio de nueve por doce centímetros grabada en emulsión de plata.
 Hasta ahí llegamos y pudimos pedir la reproducción acreditando el vínculo familiar con documento de identidad. Tres días después nos entregaron la copia y conocí al bisabuelo. De alguna manera también supe de un estilo de vida, de su presencia y de rasgos físicos notablemente familiares. La frente ancha, la frente del abuelo Leopoldo, mi frente…
Ahora, pasado un lapso de tiempo, estoy en condiciones de hacer un análisis más minucioso de la foto. La guardé y la amplié doscientas veces, quinientas y pude observar detalles que no percibí en los primeros reconocimientos. En la cintura lleva un reloj de oro, con su cadena y un objeto que pende, vertical. ¿Es una plomada?
Juan Bautista, su esposa Carolina, Leopoldo y Teófila continuaron su vida en Lima. Los niños concurrieron a importantes escuelas.
Cuando era un joven el abuelo Leopoldo conoció a Sara Virginia Torres Pommes con quién se casó, a los veintinueve años, el 26 de julio de 1911. Ella tenía veinticinco años. Sara vivía en Avenida Gran 1055, Distrito Lima, Provincia de Lima, Departamento de Lima (Fotos 4 y 5)

…..Y ahí comienza otra historia, no menos apasionante 

¿QUIÉN ERA SARA?
Era una hermosa limeña que había nacido el 23 de marzo de 1886.
Era hija de Virginia Pommes nacida en Marsella, Francia en 1842 y de Alberto Torres
Los Pommes habían llegaron al Perú como granjeros y ocuparon tierras facilitadas por el Gobierno en la localidad de Nazca, sobre la ruta panamericana, 400 km. al sur de Lima.
Estas tierras se entregaban a los extranjeros para colonizar e introducir nuevas ciencias y artes al país.
Los Pommes desarrollaron una fortuna y dieron progreso a la zona. Los hijos, entre ellos la abuela Sara fueron educados en los mejores colegios de Lima.
Alberto Torres, esposo de Virginia y padre de Sara era un fuerte comerciante  de Lima, mucho mayor que su esposa.  Don Alberto Torres  tenía negocios con el padre de Virginia, Don Michael Pommes.
Don Alberto Torres era peruano, hijo de un capitán español, Torres, y de una inca.
Durante nuestro tiempo en Perú averiguamos acerca de la abuela inca de la abuelita Sara y pudimos llegar a ciertas conclusiones. Sabíamos que los pueblos dominados por los incas se llamaron así genéricamente, pero correspondían a distintas tribus dominadas por ellos, pero mostramos su foto a los expertos de la zona, había que saber más.
La foto de esta mujer, la tatarabuela, nos dicen que correspondería a los aymará por la redondez de su rostro, que aún conservamos, y por su vestimenta
Es un verdadero privilegio haber encontrado esta foto que revela uno de los secretos familiares poco conversados. En la misma, la tatara aymará está con la tía María, hermana mayor de mi papá, en la casa de Lima.
También es un privilegio haber recibido testimonios de mi prima Lidia, ella, porque tuvo el tiempo, la voluntad y el amor, acompañó los últimos tiempos de la abuelita Sara, hasta su fallecimiento en 1976…. 
Y la abuela se acordaba de cuando subía con su abuela a la montaña para esperar el momento del solsticio de verano, ese momento mágico en que el primer rayo del sol del 21 de diciembre de cada año pasa por la piedra sagrada y comienza la lluvia, el tiempo del cultivo. Ella se acordaba y sus recuerdos transferidos nos permiten vivenciar en parte este legado familiar, maravilloso, el de la sangre americana.
Cuando llegamos al altar del Sol pasé mis manos por la piedra, no se puede, sabía que no se podía, pero no puede evitarlo, fue un impulso superior a mis fuerzas. Supongo que toqué la piedra en nombre de todos nosotros, familia.
La foto de la tatara aymará revela placidez, una paz profunda, transmitible. Así era el rostro y la expresión de la abuelita Sara.

RETOMAMOS LA HISTORIA…
Leopoldo y Sara iniciaron su vida de casados en  Lima. En algunos tiempos se debieron trasladar porque hay documentación que dice que el abuelo, de oficio comerciante, a los treinta años, vivía en Cerro Arequipa 791, Distrito de Chaupimarán o Chauìmarca, Provincia de Pasco, Departamento de Junín.
En sus tiempos de Perú tuvieron seis hijos: María, Virginia, Ana, Juan, Consuelo, y Carlos Alberto, mi papá, que nació el 5 de mayo de 1918 en la calle Manco Capac 136, documentado en el Libro 5to. Nro. 15 del Consejo Provincial de Lima. Leopoldo tenía treinta y seis años y Sara treinta y dos.
Este último hijo peruano fue bautizado en la Iglesia Metodista Episcopal de Lima el 10 de julio de 1918. Firma el Acta de Bautismo el Ministro del Evangelio Ruperto Algoita del Pastorado de la 2da. Iglesia Metodista Episcopal de Lima.
Después… por motivos que desconocemos la familia parte a Chile, mi papá tenía pocos meses, se fueron en agosto de 1918
Atrás quedaron los tiempos de Perú, la vida aristocrática, las niñeras, los colegios distinguidos, las minas de plata de Juan Bautista
Se llevaban una nueva estirpe, una raza acrisolada entre europeos, con una aborigen que marcó las características familiares. Algunos de los hermanos fueron, son, de baja estatura, de piel mate, ojos rasgados, caras redondas…
Y partieron Leopoldo, Sara y sus seis hijos peruanos, que jamás volvieron.
 La abuelita contaba que Carlos estaba amarillo y que tenía miedo de que no resistiera el viaje en barco que realizaron de Lima a Santiago, también contaba que una vez en tierra lo amamantaron con leche de cabra para mejorar su salud y se reía recordando.

¿SE FUERON POR RAZONES DE TRABAJO?
El abuelo comerciante, según la documentación peruana, era empleado, durante el tiempo en que la familia vivió en Chile, en la ciudad de Santiago. Sería empleado de la Empresa de Mr. Riat en la que tenía un cargo importante, según relataba Ana, una de las hijas mayores.
Hay un documento chileno, precisamente la Cédula de Identidad Nº 114020 emitida en Santiago- República de Chile el 19 de agosto de 1919, que dice: Profesión empleado- Tenía 37 años
¿Qué pudo decidir a Leopoldo a trasladarse con su familia a Chile? Entre 1900 y 1929 Chile vivió el período de mayor enriquecimiento, que se podría designar como la "belle epoque" de este país. Se establecieron numerosas empresas extranjeras dedicadas a la explotación del cobre y el salitre, precisamente los beneficios de estos años fueron aprovechados por un pequeño grupo de privilegiados, extranjeros, propietarios de las empresas, en una de ellas debía trabajar el abuelo.
En Chile siguieron llegando los hijos, en ese país nacieron Federico - el 10 de julio de 1920 -  y Rosa Elena, una niña que falleció al poco tiempo.
Pero… todo se fue complicando en Chile. En 1920 se debía dirimir con Perú la soberanía sobre Tacna y Arica. Don Ladislao Errazuriz, a cargo del ejército chileno, promovió un conflicto bélico con Perú y logró que el gobierno conservador, de esa época, autorizara la movilización de las tropas hacia el Norte. Movilizaron miles de soldados, que en realidad eran una demostración interna de poder por los conflictos con los obreros de los salitrales.
En esta situación vuelven a aflorar sentimientos de rechazo del pueblo chileno hacia los peruanos, sentimientos nacidos con la guerra de 1879 entre ambos países, todavía con amplios espacios territoriales con límites no definidos. Comenzaron a producirse episodios de violencia antiperuana y se estimuló en los chilenos una identidad nacionalista.

EL CONFLICTO CHILENO - PERUANO CRECÍA.
A mediados de 1920 todas las pasiones patrióticas se desataron, se pasó de la alarma a la violencia y en esas circunstancias y según los relatos de la tía Ana la familia encontró refugio en la embajada, previo a la salida hacia Argentina con un salvoconducto.
Entraron a la Argentina el 24 de julio de 1920.

¿COMO VIAJARON?
Ahora eran Leopoldo, Sara y siete hijos, el más pequeño tenía catorce días. Sin lugar a dudas, en el tren que unía Chile con la ciudad de Mendoza en Argentina. Era el Ferrocarril Trasandino Los Andes - Mendoza, conocido en Chile oficialmente como Ferrocarril Trasandino Chileno (FCTC) y en Argentina como Ferrocarril Trasandino Argentino (FCTA). Fue un ferrocarril, hoy en ruinas, inaugurado el 5 de abril de 1910.
A dónde fueron? Cuando Juan Bautista tuvo que partir con su familia de Caraz se establecieron en Lima, ahora Leopoldo, treinta cinco años después, debía decidir un lugar para vivir, con una familia numerosa y un nuevo destino por construir.
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QUILMES
La familia cruzó la cordillera, luego cruzó la Argentina desde la montaña a la costa y se estableció en Quilmes. Es un largo periplo, de las tierras de los incas a las tierras de la Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz que albergó a los pocos sobrevivientes de los Kilmes, traídos por los españoles desde los valles Calchaquíes, todos pueblos originarios que hicieron de la resistencia un valor secular.
Los Kilmes eran naturalmente hostiles. Cuando llegaron los españoles no pudieron someterlos y se desató una guerra que se prolongó por ciento treinta años. Finalmente, fueron doblegados y las familias que quedaron, obligadas a caminar hasta Buenos Aires. La mitad de los que partieron murió o se suicidó en el camino.
Quilmes es un partido de la provincia de Buenos Aires ubicado en sudeste del Gan Buenos Aires. Se extiende a orillas del Río de La Plata. Es, actualmente, uno de los distritos más poblados del territorio bonaerense.
El desarrollo industrial comenzó en 1890 con la apertura de la Cervecería y Maltería Quilmes. El asentamiento de industrias aumentó significativamente y a la par, creció la población.
En Bernal, localidad de Quilmes en la que los abuelos alquilaron su primera casa todavía se conserva la construcción más antigua, la Casona de Santa Coloma, que data de 1806 y fue declarada Monumento Histórico Nacional y el río todavía recuerda el desembarco de los ingleses en 1806 y la heroica batalla del Almirante Brown en 1826 sobre la escuadra brasileña.
Establecidos en Quilmes, en la casona de la calle Passo Nº 11 de Bernal, último destino familiar, llegaron más hijos: Rosa Adelina, que falleció muy pequeña, Julio, Jorge, Ester y Esperanza.
Este año, exactamente el 20 de enero de 2012, tuve la oportunidad de conversar acerca de esta historia con el tío Jorge, hermano de mi papá, agradecido por la recopilación de los datos familiares, que corroboró ampliamente, pero quiso colaborar con esta historia, a escasos dos meses de su fallecimiento. Relató con entusiasmo los distintos lugares en que habían vivido, recordemos, el matrimonio, once hijos y dos sobrinos.

¿EN QUE LUGARES VIVIERON?
-  * En Liniers 10- Bernal Oeste, lugar que a partir del 19 de octubre de 1941 se convirtió en el Centro Tradicionalista Argentino.
-  * En la calle Chacabuco 573- Bernal, en la casona donde comenzó a funcionar el Club Deportivo y Social Juventud Unida a partir del 6 de setiembre de 1949.
- * En la calle Castro Barros, casi esquina San Martín, en Don Bosco. Debieron ser vecinos de Agustín Bardi, el poeta, autor de tangos famosos.
- * En la calle Liniers, casi Belgrano, en la casona conocida como “La Filomena”.
- * En Rawson y Zapiola… “frente a la panadería”, según el tío Jorge.
           
LOS ONCE JÓVENES ROSSIGNOL
Crecieron en un tiempo particular de la Argentina, un país próspero y esperanzado donde la educación pública era una bandera y la posibilidad de un futuro promisorio. Crecieron cerca de las vías del ferrocarril, en amplias casonas, disfrutando de los numerosos baldíos y parques de la zona y particularmente del río. El Río de la Plata, limpio, inmenso, sin la otra orilla que caracteriza a todos los ríos. Lugar de encuentro, de interminables tardes de baños y noches de pesca…y así fueron perfilando sus destinos, con una adolescencia larga, con los paseos de las tías por la calle Rivadavia y con la atracción de las fiestas de la época romántica en que crecieron. La cita obligada era el Carnaval, preparaban sus disfraces con esmero, se fotografiaban y guardaban esas fotos como testimonio silencioso de la juventud.
¿Y EL ABUELO LEOPOLDO? 
Él seguía su destino, él que le había marcado ser el hijo de Juan Bautista. Trabajaba en Buenos Aires y ahí desarrollaba sus actividades. Partía a la mañana en el tren y volvía a la tardecita. Las hijas solían ir a buscarlo a la estación y el grupo volvía a la casa. En el camino Leopoldo compraba violetas para Sara y si no había violetas o no se podían comprar, antes de entrar cortaba una flor. Todavía recuerdo la abundancia de malvones, geranios, achiras, calas. Recién con una flor en la mano entraba y se la obsequiaba.
Leopoldo siguió estudiando siempre. En los últimos tiempos se dedicaba a la electricidad, la luminotécnica, como decía la tía Ana.
Era miembro de la Asociación Cristiana, Pastor Evangélico, Masón y Presidente de Rosa Cruce. Se encerraba durante horas en su habitación para, según contaba, comunicarse con el pensamiento con personas de países lejanos. Cuando sufrió el episodio en su salud, que fue el principio del fin, la familia lo atribuyó al exceso de actividad mental que desarrollaba. En mi biblioteca están como  testimonio el Atlas Jackson “Nuevo Atlas del Mundo” de 1926 y un recorte del diario La Prensa de fecha 7 de abril de 1929 referido a un ensayo de la Orquesta de la Asociación Sinfónica de Buenos Aires. Nada del mundo de las Ciencias y las Artes le era ajeno.
Leopoldo falleció el 19 de enero de 1947, yo tenía dieciocho meses. Cuando nací me puso el nombre, se hizo llevar entre dos de los hijos porque ya no podía caminar y estuvo sentado a nuestro lado varias horas… mirándome. El sabía que el tiempo era breve y que sólo quedaría ese diálogo silencioso.
En la tumba de Leopoldo Rossignol  hay un mármol grabado con el Salmo 23 “El Señor es mi pastor. Nada me falta. En verdes pastos, Él me hace reposar y adonde brota agua fresca me conduce”. El salmo lo acompaña eternamente a su pedido y los hijos cumplieron con ese mandato. A la vez es un testimonio de su adhesión a la masonería, el Salmo 23 es elegido por la mayoría de los masones.
Las mujeres Rossignol se dedicaron a los hijos y a las tareas del hogar, los varones aprendieron oficios y comenzaron a trabajar después de los veinte años. Para ninguno de ellos la vida fue sencilla ni fácil.
Las historias del Perú comenzaron a diluirse en la memoria, se convirtieron en leyenda.
Ninguno de los veinticuatro nietos, todos nacidos en Quilmes, sabe demasiado acerca del bisabuelo francés, ni de la tatara aymará, no hay tiempo para sueños, el futuro es hoy y se vive aprisa.
Las raíces están bajo la tierra y solamente si hurgamos en ella podremos verlas, no son perceptibles para el caminante que va apurado.

                                                                      Julia Marta Rossignol de Girón
Transcripción y digitalización Chalo Agnelli
Quilmes, 1º de noviembre de 2012 
BIBLIOGRAFÍA
(1) Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal
Sistema de Información Científica Redalyc Política y Cultura - Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco - polcul@correo.xoc.uam.mx
Alba Herrera, C. Augusto. Atusparia y la revolución campesina de 1885 en Ancash: Atusparia, Lima,  1985.
Blanchard, William C. "Hualcán. Una estancia del Callejón de Huaylas": Instituto Indigenista  Peruano, Lima, 1967.
Bonilla, Heraclio. "El campesino indígena y el Perú en el contexto de la Guerra con Chile",  en Steve J. Stern. Resistencia, rebelión y conciencia campesina en los Andes. Siglos XVIII al XIX: IEP, Lima, 1989.
Goidmann, Lucien. "Importancia del concepto de conciencia posible para la comunicación", (1967) Coloquios de Royaumont (mimeo).
Malión, Florencia. "Coaliciones nacionalistas y antiestatales en la Guerra del Pacífico: Junín y Cajamarca, 1879-1902", en Steve J. Stern, op. cit.
Manrique, Nelson. "Los movimientos campesinos en la Guerra del Pacífico", en Allpanchis Phuturinga, núm. 11-12, Cusco, 1979.
Mariátegui, José Carlos. "Prefacio a 'El Amauta Atusparia' (1930)", en Ideología y política, Obras Completas, vol. 13: Amauta, Lima, 1976.
Martínez de la Torre, Ricardo. "Prólogo a la segunda edición de "El Amauta Atusparia"
(1932), en Apuntes para una interpretación marxista de la historia del Perú, Lima, 1956
de Arona Juan- “La inmigración en el Perú.” Academia Diplomática del Perú- 1966
(2) Macera Dall´Orso Pablo”La imagen francesa del Perú”- Industrial Gráfica- S.A. Chavín 45- Breña- Lima- Perú
Silverio Walter “Atlas del Parque Nacional Huascarán- Cordillera Blanca” – Perú- 2003

Gracias:
A mi esposo que me acompañó a Caraz y a la Biblioteca Nacional de Lima. A la prima Lidia que me informó de la existencia de las fotos y de importante documentación. Al maestro que nos atendió en Caraz. A la gente de la Biblioteca Nacional de Lima, distrito San Borja

jueves, 18 de octubre de 2012

IDENTIDAD: LOS SECCO - BRANDI - HENRY - BORNAND - BLAKE - MAULL (COLABORACIÓN)



PALABRAS PRELIMINARES 

Escribió J. Devoto, el más riguroso historiador de la inmigración itálica, en su libro "Historia de los italianos en la Argentina":"Los hombres se parecen más a su tiempo que a sus padres, escribió una vez Marc Bloch. Cierto, pero también de algún modo se parecen a ellos. En tiempos tan procelosos como los actuales, por lo demás, la búsqueda de algo que podría llamarse los orígenes, la identidad, la pertenencia (quizá imaginaria), algo que excede la propia individualidad y el propio tiempo, atrae más el interés de las personas que en otras épocas." 
Quilmes como todo el territorio argentino fue atravesado por inmigrantes de todos el mundo que fundaron nuestra identidad, pero en nuestra caso particular, el de los quilmeños, los casi 350 años de historia nos hacen, en la provincia de Buenos Aires, referentes de todo el país. EL QUILMERO que inició su estudio de la inmigración con el libro "Migraciones", continuará en este blog publicando colaboraciones sobre el andar y desandar de los abuelos primeros, nuestros ancestros, que fundaron la historia de sus familias con el primer pie que pusieron en suelo Argentino. 
Chalo Agnelli
IDENTIDAD
Por Cristina Secco Bornand
(colaboración)
 Formamos parte de un país que creció con la inmigración de personas provenientes de países con diferentes credos, políticas y economías y que por diferentes e infinitos motivos recurrieron a estas tierras para afincarse.
En las raíces de los Bornand - Blake hay origen suizo, francés e inglés y en las de los Secco -Brandi, italiano.
SECCO
De los Secco poco se sabe. Humberto escapó junto con sus hermanos de la hambruna europea y de la guerra de 1914. Desde Génova y como polizón se embarcó rumbo a Buenos Aires. Vaya a saber porque designio auditivo del oficial de inmigraciones quienes partieron de su país bajo el apellido Secchi fueron inscriptos en estas tierras como Secco.
Aquí el trabajo no era problema, le pagaban por una tarea que realmente le agradaba, pintar. Si bien, lo que verdaderamente le apasionaba era pintar cuadros, por ellos no recibía paga, así que pintaba viviendas. Para su suerte, como en ese entonces estaban de moda las guardas y dibujos en las paredes imitando empapelados, pudo así dar rienda suelta a su vocación. De mudanzas y desamores se salvaron algunas marinas, pintadas por él, seguramente, recordando su puerto natal.
En el almacén de su amigo Santiago Brandi, Humberto conoce a la hermana de éste, Cándida Gerónima Ángela, alias Angélica (foto 1), con quien se casa (foto 2) y tienen dos hijos, Carlos el mayor y Roberto Victorio Secco Brandi. (foto 3)
BRANDI
De los Brandi también poco se sabe. Pascual Brandi (foto 4) estaba casado con Victoria Repetto. (foto 5)  Los diez hijos que tuvieron crecieron en una chacra con horno de ladrillos, que estaba en los que hoy es Calchaqui y 12 de Octubre. Una niñez de estrecheces económicas, pero plena en travesuras y libertades.
De esta rama latina proviene lo sanguíneo de las relaciones, ya que tanto los Secco como los Brandi surtieron de peleas terminantes a la familia, lo que impidió a posteriori afianzar vínculos entre sus descendientes.
LOS SECCO - BRANDI
Humberto falleció muy joven dejando a su viuda con sus dos hijos adolescentes sin protección económica. En aquella época no había jubilación, ni planes sociales que la cubriesen. Generosamente los Brandi cobijaron a los niños, quienes pudieron terminar sus estudios en la Escuela Normal Nacional Mixta de Quilmes. Carlos Secco se desempeñó en la docencia, primero como maestro rural en Arata provincia de La Pampa, luego en El Bolsón provincia de Chubut, posteriormente como maestro de grado en la Capital Federal y, además fue profesor en el Colegios Nacional, el Instituto Nazareth y el Colegio San Jorge, entre otros, todos de Quilmes.
Angélica Brandi, sostuvo su viudez, ayudando a su hermano en el almacén. Y cuando llegaron lo nietos, en las largas noches de invierno, los regalaba con montañas de papas fritas, juegos de "perinola" y fiestas de disfraces; durante el verano: provocaba guerras de agua, torneos entre quiénes trepaban más alto a los árboles frutales; colaboraba en la decoración de casuchas de ramas que se hacían bajo de un frondoso jazmín amarillo... y, sobre todo, alimentaba los sueños con sustanciosos cuentos que superaban ampliamente su escasa instrucción primaria; había cursado, tan sólo, hasta segundo grado. (foto 6)
Quizás, porque no tiene nada de romántico emigrar por hambre, esas raíces latinas no fueron las que motivaron significativamente la vida de sus descendientes ni las que les despertaron la curiosidad por el propio origen, Más seductoras fueron las historias de los Bornand-Henry, especialmente la de Julia Margarita Henry. Esa cosa tan literaria de que la mujer es la que diseña la vida de las familias, la que les da el toque de magia y de realidad en un mismo equilibrio. No sólo en la literatura, sino también el la historia. Los hombres son los que generan, ganan o pierden las batallas, las mujeres, las que curan las heridas, entierran a los muertos y reconstruyen desde las ruinas; fundamentalmente, a través de los hijos, que en muchos, muchísimos casos crían y educan solas.
Todas estas historias fueron relatadas por Raquel Ruth Bornand, alias Quela, la menor de tres hermanos, quilmeña de primera cepa, nacida en la calle Alvear casi esquina Humberto Primo, un 29 de diciembre de 1926, quién vivó con su abuelos paternos, la brigadiera Julia Henry y el capitán Henry Bornand, tradición oral que pudo ser constatada con dedicación y empeño por las dos familias, los Bornand por un lado y los Henry por el otro, quienes lograron reconstruir sus extensos árboles genealógicos.
HENRY
En Guernsey, [1] una isla del sur de Inglaterra allá por 1860 nace Julia Margarita Henry una vigorosa niña. Sus días transcurrían en la granja de sus padres, cuidando hermanos, ayudando a su madre en los menesteres del hogar, que implicaban, además de la limpieza de la modesta vivienda, lavar la ropa y atender a los animales de la granja..., viento, arena, y nada mas... Tan bucólica vida no era para ella.
Una tarde llegaron a la isla un grupo de hombres y mujeres que con sus cantos y música sacudieron la modorra del poblado. Eran del Ejército de Salvación... y fue su salvación.
Pese a la oposición de sus padres se enroló en su fuerza, con el aleluya cubriendo sus cabellos y la Biblia en la mano llevó la palabra del Señor a los poblados vecinos. (foto 7)
Como consecuencia de uno de estos viajes ya en territorio suizo-francés conoció a Henry Bornand (foto 8).
BORNAND
Era militar. Pertenecía a una familia de extensa tradición en la zona, con un escudo heráldico que señala las virtudes guerreras de los ascendientes, desde el año 1600. Poseían una prestigiosa fábrica de cajas musicales con tonadas y modelos tan rumbosos que algunas fueron vendidas a una emperatriz de la China. Una de esas cajas, la réplica de su hogar en Saint Croix, [2] trajo Henry Bornand  a Quilmes, para disfrute después de sus nietos y bisnietos.
Fue un amor fulminante el de Julia y Henry, pero ella ya tenía organizada su misión evangelizadora a América del Sur con la familia Thompson.
Henry Bornand decididamente enamorado, resuelve seguirla y organizan reencontrarse en estas tierras. Primero renuncia a sus bienes en favor de sus hermanos y al ejército suizo-francés y se enrola en el de Salvación.
El 12 de marzo de 1891, a poco de su arribo a la Argentina, Henry se casa con Julia que tenía 31 años de edad, bastante mayor para los cánones de la época. En la libreta de matrimonio figura como ocupación de Bornand, “orador”; mientras que en la de Julia Henry, “quehaceres domésticos”... difíciles tiempos para las mujeres.
Julia contaba, en su pésimo castellano, que al llegar al puerto de Buenos Aires los hicieron desembarcar en carretas tiradas por bueyes que los llevaron hasta tierra firme, dónde había "chorríos de sangre", quizá por ser tiempos de alguna revolución o, más factible, como resultante de mataderos a cielo abierto.
Tuvieron seis hijos. Nueve meses después de la boda, el 30 de diciembre nace el primero, Marcel quién falleció a los 29 años en Suiza enfermo de tuberculosis; Blanca Clara nació el 20 de junio de 1893 fallece a los 9 meses. Ese año los trasladan junto a otras familias a Uruguay, a la localidad de Salto, para propagar la fe y fundar en esas tierras ignotas un Centro de Ayuda; allí nace el 30 de enero de 1896, Enrique Manuel Bornand. El 17 de junio de 1897 en la ciudad de Montevideo nace Margarita Rosa que a los 6 meses fallece. Luego de unos años son nuevamente transferidos a la Argentina, ya con los cargos de Brigadiera y Capitán. En Pergamino nace el 1 de junio de 1900 Frank Albert que fallece en abril de 1902 y por último Julia Margarita Henry con 42 años a sus espaldas, el 18 de enero de 1902 en la ciudad de Montevideo tiene a Mauricio Roberto su último hijo.
LOS BORNAND HENRY
Enrique Manuel Bornand Henry (foto 9), solo se comunicaba con sus padres en francés e inglés. Esto le permitió tener un cargo de nivel en la Compañía Anglo Americana Ostrilion, metalúrgica, que producía chapas - aún hoy está en acción - , pero ello no le impidió emprender imposibles aventuras como la explotación de una mina en Catamarca, otra empresa insólita en el Chaco... Emprendimientos que sólo le producían deudas, pero con un seguro disfrute.
Curioso, lleno de inquietudes sin saber bien cómo ni por qué, integró el grupo Masón de Quilmes, con el número 2459. También estuvo curioseando en la Escuela Basilio, tanto es así que cuando falleció un amigo muy anciano de esa “Escuela” y procedió a realizar una ceremonia especial con el fin de liberar su espíritu. Como si a una persona con tantas inquietudes y dispares le hiciera falta. Indudablemente todo lo atraía. Su lectura habitual era “Origen de las Especies” de Charles Darwin, en un ejemplar encuadernado en cuero que llevó toda su vida consigo y hoy espera nuevas curiosidades en los anaqueles de sus nietos.
En la década del `20, por las noches, después del trabajo, se reunía con dos amigos en la cocina de su casa de la calle Alsina 74 y lograron armar una radio, logrando escuchar vaya a saber que onda.
LOS BORNAND BLAKE
Conoció a la que sería su esposa Raquel Eulalia Blake (foto 10 y 11), en una oportunidad en que se presentó con el Ejército de Salvación en la ciudad de La Plata. El flechazo fue inmediato. El 15 de noviembre de 1919 se casaron (foto 12) y la platense debió afincarse en Quilmes, dejando en su ciudad natal a sus padres Juan Blake y Valentina Maull (foto 13) y a sus hermanos.
Difícil trasplante ya que debía compartir su hogar matrimonial con sus suegros... y lo que era más de temer con la Brigadiera.
Raquel Eulalia Blake, desde hora temprano, tenía preparada una gran olía de sopa, siempre llena para satisfacer las necesidades de sus protegidos. Las visitas eran permanentes, pero la consigna previa al plato caliente era higienizarse, luego la comida. En los casos que entre los comensales surgiera algún disturbio, por mínimo que fuera, el cucharón en manos de Julia era la mejor arma disuasiva, que imponía el orden.
Vivieron primero en Alvear y Humberto Primo, donde en la actualidad hay una empresa de pompas fúnebres y posteriormente en Alvear y Garibaldi, donde actualmente hay un supermercado chino. En estos domicilios nacieron sus tres hijos: Alicia Margarita, Enrique Franc y Raquel Ruth Bornand Blake (foto 14)
Alice (Alicia Margarita), quien de niña era sonámbula, la hija mayor de este matrimonio, estudió en la Escuela de Bellas Arte Prilidiano Pueyrredón. Ejerció como docente de plástica en numerosos establecimientos escolares del distrito de Quilmes: la Escuela Municipal de Bellas Artes Carlos Morel, el Colegio Comercial y la Escuela Normal, entre otros. Se casó con Orlando Carbone (foto 16 y 17), para quien el comercio y los números contables eran lo suyo. Primero tuvo un negocio de Regalos "Orali" en la galería Santa Rosa, luego la librería "El Inglés" y más tarde actuó en la Cámara de Comercio y en Los Leones de Quilmes, en esta Asociación lo acompañó su esposa realizando fructíferos trabajos sociales, como el desarrollado de la Liga de Madres de Familia en la Catedral de Quilmes y secretaria de la Biblioteca Popular Pedro Goyena fundada el 28 de febrero de 1959, por motivación de su amiga Pola Manzo. No tuvieron hijos.
Alicia Margarita (foto 15) se convirtió a la religión católica por convicción o para congraciarse con quien fue su esposo. Grande fue el cimbronazo para su madre Raquel Bornand y mayor para la abuela Julia Henry, brigadiera del Ejército de Salvación. A pesar de ello los restos Alicia Margarita se encuentran en el llamado “Cementerio de Disidentes”, junto a toda su familia, no así los restos de su esposo que falleció dos años después y sus hermanas decidieron cremarlo, desconociendo donde fueron a parar las cenizas.
El segundo hijo del matrimonio Bornand Blake: Enrique Frank quien en sus años jóvenes trabajó en Ducillo, en 1949, se asoció con su cuñado, Roberto Victorio Secco y un amigo Héctor Taranto y abrieron, “Química Quilmes”; que proveía a farmacias y a la industria local de insumos químicos - y que aún hoy y a pesar de los diferentes avatares del país, sigue en marcha -, se casó con Marta Kyles y tuvieron tres hijos, Enrique, Carlos Alejandro y Alejandra.
La tercera y última hija de los Bornand Blake fue Raquel Ruth (foto 18), fuente esencial de esta historia de inmigración – como mencionamos anteriormente -, quien se casó con el profesor Roberto Victorio Secco (foto 19), llegando a fin al encuentro de estas familias que dieron un perfil de inusitada variedad a la Argentina. Los Secco Brandi Henry Bornand Blake Maull.
¿DESENLACE?
Nuestras raíces son eslabones tan fuertes como la cadena de ADN, su conocimiento nos permiten pisar sobre terreno seguro, tener una visión más amplia y generosa de nuestra historia personal y comprender que generalmente cuando escuchamos con el corazón, seguimos sus huellas. Somos lo que fueron... ¿Evolucionamos... involucionamos? Quizás la respuesta aún no la podamos dar nosotros sino en ellos, nuestros descendientes.
 1.. Cándida Gerónima Ánegela Brandi, "Angélica" a los 15 años.
 2.- Angélica Brandi y su esposo Humberto Secco.
 3.- Roberto Victorio Secco
4.- Pascual Brandi
 5.- Victoria Repetto y Pascual Brandi
 6.- Angélica Brandi
7.- Julia Henry
 8.- Enrique Luis Bormand
 9.- Enrique Bornand
 10.- Raquel Eulalia Blake a sus 15 años
11.- Raquel Eulalia Blake (1950)
 12.- Raquel Eulalia Blake y Enrique Manuel Bornand
13.- Virginia Maull y Hohn Blake
 14.- Alicia Margarita, Enrique Frank y Raquel Buth Bornand
 15.- Alicia Margarita Bornand
 16.- Alicia Bornand y su esposo Orlando Carbone
17.- Alicia Bornand y Orlando Carbone

 18.- Raquel Ruth Bornand
 19.- Raquel Ruth Bornand y su esposo Roberto Victorio Secco.
El Bailiazgo de Guernsey isla en el Canal de La Mancha

Compilación profesor Chalo Agnelli
NOTAS

[1] El Bailiazgo de Guernsey (en inglés: Bailiwick of Guernsey, en francés: Bailliage de Guernesey) forma parte del archipiélago de las islas del Canal de la Mancha. Es una dependencia de la Corona Británica. Ubicada, específicamente al norte de las costas de Normandía, Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial, la isla fue ocupada por las tropas alemanas. La población nativa tiene como lengua madre al francés, más exactamente un subdialecto del dialecto normando; de este modo la población nativa suele llamar a su isla: guerneseyano (dgèrnésiais). Sin embargo, en la actualidad la lengua más usada es el inglés. El nombre Guernsey proviene del nórdico antiguo, "Guerns" tiene una etimología incierta, pudiendo significar verde o provenir de algún nombre personal, a su vez "ey" significa isla en el nórdico antiguo. Está dividida en 10 parroquias: Castel, Forest, St Andrew, St Martin, St Peter Port, St Pierre du Bois, St Sampson y Torteval. Fue el hogar del novelista francés Víctor Hugo desde 1855 hasta 1870. Aquí terminó de escribir Los miserables en 1862 y, cuatro años después, Los trabajadores del mar, una novela dedicada a la isla y sus marineros. Wilkipedia
[2] Sainte-Croix es un comuna suiza del cantón de Vaud, situada en el distrito de Jura-Nord vaudois. Conocida por el Centre International de la Mécanique d'Art, además en la localidad de L'Auberson se encuentra el museo de cajas de música, Musée Baud.