miércoles, 30 de enero de 2013

LA COLECTIVIDAD VASCA EN QUILMES - LOS LABOURT



LOS LABOURT [1]
A la memoria del Dr. José María Labourt.
Capítulo 3 de “Migraciones” de Agnelli, Ch. Ed. Jarmat, 2006


El País Vasco o Euskal Herria está ubicado en Europa Occidental, bifurcado e integrado políticamente al sur, al reino de España, heogalde, y al norte, Iparralde, a la República Francesa.
Abarca la zona occidental de la cadena montañosa de los Pirineos con sus áreas adyacentes, el mar Cantábrico, en su extremo sudoeste, forma el Golfo de Bizkaia. Está dividido en siete provincias, al sur de los Pirineos hasta el Ebro (Hegoalde), están los territorios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, que integran la Comunidad Autónoma Vasca; y Nafarroa, que forma la Comunidad Foral de Navarra, ambas autónomas dentro del estado español. Al norte, entre los Pirineos y el río Adour (Iparralde) se hallan Lapurdi, Behenafarroa (Baja Navarra) y Zuberoa, que forman junto con el Bearn el departamento francés de Pirineos Atlánticos dependiente de la administración central. [2]
La Fundación Vasca Juan de Garay en su página web informa que: “A partir de principios del siglo XlX el 70% de los emigrantes vascos eligieron el destino rioplatense junto con otras repúblicas latinoamericanas y el oeste norteamericano. Concluida la guerra con el Brasil en 1827, se establece una corriente migratoria europea continua, que fluctúa entre Montevideo y Buenos Aires como destinos, según los conflictos que se produjeran en estas regiones. Hacia 1840, ya producida la independencia del Uruguay,  vascos de Iparralde y bearneses comenzaron a arribar a Montevideo, durante la presidencia de Rivera, atraídos por su ministro Lucas Obes, quién fue un gran impulsor de la inmigración vasca y canaria, inicialmente explotadas por la agencia inglesa de Fisher y Lafone.
Este país, en muchos casos significó el acelerador de los procesos de inserción y asimilación para quienes posteriormente pasaron a radicarse en la Argentina. También se dio el movimiento inverso. Así como los vascos comenzaron viniendo a la Argentina entre los años 1825 y 1835, muchos se orientaron al Uruguay durante el gobierno de Rosas.”
VASCOS DEL IPARRALDE EN QUILMES
Muchos vascos del Iparralde emigraron a la Argentina, aproximadamente, en la misma época que estas familias quilmeñas, y aportaron una cuota determinante al  progreso nacional. El Dr. Luis F. Leloir, Premio Nóbel de Química en 1970, era descendiente de un pionero de ese origen que llegó a ser un fuerte empresario agrícola ganadero.
Francisco Eugenio Labourt con otros paisanos vasco-franceses: Ithuralde y Lassalle provenientes de Bayona llegaron a la Argentina después de 1850, instalándose definitivamente en Quilmes. Fueron parte de la comunidad vasca que dio impulso y carácter al comercio del pueblo. [3] Originando una actividad económica que permitió a otros inmigrantes afincarse en la zona, hacerse propietario y concretar progresos notables que en un momento hicieron del partido de Quilmes uno de los centros comerciales e industriales más fuertes de la provincia de Buenos Aires y de la Argentina [4]
El apellido Labourt aparece en la región de los Pirineos Atlánticos, específicamente en las comunas de Bellocq, Pau y Rivehaut y en la región de la Gironde, comuna de Generac.
José M. Dupuy, capitán del Regimiento de Infantería de Patricios, se le encargó la distribución de tierras en Quilmes. Presuntamente conservó propiedades en la zona. Fue fusilado por unitario el 19 de abril de 1842, era marido (y primo) de Indalecia Morel, hermana del pintor Carlos Morel. [5]
Esta mujer se traslada a Quilmes con sus hijas y habitan una casa en la esquina SE del Sarmiento y Alem, frente a la esquina donde se hallaba la salida de carromatos y mercadería del almacén de ramos generales de los Labourt, hoy teatro "La Merced", propiedad comprada por la Congregación de las Hermanas de la Merced del Divino Maestro, fundadoras en 1895 del colegio de la Inmaculada Concepción. Una de las hijas de del capitán Dupuy, Josefa, se casa con don Francisco Eugenio Labourt [6]
Las otras hijas de Indalecia Morel de Dupuy se casan con Juan  Ithuralde, Agustín Matienzo, Felipe Amoedo  y Adolfo Otamendi. Siendo las Dupuy, en unión con inmigrantes de la primera corriente, tronco de varias familias quilmeñas. [7]
Francisco Eugenio Labourt fue uno de los municipales de Quilmes, en 1857. Esta corporación presidida, desde 25 de enero hasta el 7 de agosto por don José M. Maldonado y desde el 8 de agosto por don José Gregorio Barrenechea, hasta el 25 de febrero de 1858 en que asumió don Andrés Baranda. Labourt siguió durante su ejercicio, hasta el 8 de enero de 1859. Luego integró el segundo concejo de municipales. Lo que demuestra el rápido ascenso económico y social que tuvo este inmigrante reciente. Para ser municipal había que tener un capital de $ 10.000.- o en su defecto, profesión, arte u oficio que le produzca una renta equivalente.[8]
Llegó a ser uno de los comerciantes más fuertes a partir de 1855 con Juan Ithuralde, Alejandro Lassalle, Andrés Baungart, Lesmes Pascual, Antonio y Joaquín Méndez, Marcelo Loredo, Antonio Silva, y los hermanos González: Remigio (en el pueblo), Paulino, Justino (propietario de “La Atalaya”), Faustino y Laurentino (en la campaña); los seis primeros de extranjeros y entre estos los Labourt, Ithuralde y Lassalle vascos del Iparralde. 
Lassalle  fue concejal ininterrumpidamente desde 1872 hasta 1881. Luego su hijo Bernardo lo fue desde 1893 a 1895 inclusive.  Era propietario de una pulpería otro vecino del mismo origen, don Bernardo Larrouget.
Cuenta don José Andrés López que Labourt tuvo en su comercio un empleado “... amable, culto y atrayente... !”. El señor Orleans Larralde (fue municipal en 1869 hasta 1871), también vasco del Iparralde.
Sigue López en “Quilmes de Antaño” (Pág. 323), que don Francisco Eugenio Labourt  integró el jury de clasificación de patentes fiscales en el año 1877, junto a Sebastián García, Juan Ithuralde, Alejandro Lassalle y Remigio González. Tenían por ley una pequeña asignación por su trabajo, la que una vez recibida de la Tesoro de la Provincia, fue donada a la Biblioteca; ascendiendo su importe a ochocientos cuatro pesos (plata) La creación de la Biblioteca se tomó como un compromiso ineludible de todo el pueblo de todas las condiciones sociales y este gesto de estos vecinos fue uno de los más importantes.
Labourt fue miembro del Consejo Escolar el 24 de abril de 1878, tuvo que dar un cierre al apercibimiento dictado contra la maestra Dionisia Benítez, dictando el 24 de abril su destitución en sesión presidida por Alfredo Sayús, y la presencia de Máximo Garay y el preceptor Emiliano Reina, fundador de la primera escuela San Luis Gonzaga, la segunda la fundó otros vasco, el maestro Doroteo Yoldi.
En el capítulo “Corsos y comparsas”, López señala que en 1878 uno de los niños Labourt participó de una comparsa juvenil dirigida por la martillero Publio C. Massini, además, la integraban otros niños de los apellidos: Otamendi, Matienzo, Ithuralde, Garay, etc. La comparsa se llamó “Los Negros Bonitos”. Participaron con otras comparas, del baile que para despedir el carnaval la víspera de su entierro tuvo lugar en los salones de la Municipalidad que fue memorable según la crónica social de la época.
En 1890, el H.C.D. en sesión del 12 de enero, lo nombra a Francisco E. Labourt como uno de los mayores contribuyentes del partido de Quilmes. Junto a Juan Ithuralde, Manuel Basigalup, etc. En poco más de 40 años, estos inmigrantes vascofranceses llegaron a tener una posición de relevancia en la sociedad quilmeña.
Tuvo con Josefa Dupuy y Morel varios hijos, entre ellos a Francisco Eugenio (1882), Rodolfo, Ildelfonza Zulema, esta última se casó con Ernesto L. Otamendi, hijo de Fernando J. y María Eufemia Matallana, y Josefa casada con Olegario Ponce de León, concejal durante varios períodos y presidente de la municipalidad en 1897, durante la intendencia de Felipe Amoedo e intendente en 1898.
El primero, se casó con Luisa Clementina Taloud, se dedicó al comercio y tuvo tres hijos Francisco Eugenio, Marta y Axel. 
Rodolfo casado con Angélica Pacheco, sería uno de los fundadores del Banco Popular Quilmes (cuyo edificio original se halla en la esquina de Rivadavia y Brown) reconocido en el carácter de personería jurídica por decreto del Poder Ejecutivo del 29 de octubre de 1907. Estimulando el comercio y el movimiento general del distrito y vecinos. Rodolfo Labourt fue su gerente durante varios años. En 1888 integró en violín el cuarteto “Quilmes” con Julio Fernández Villanueva en violonchelo, Antonio Barrera en viola y también en violín Juan Ithuralde.
En 1902 fue secretario de gobierno durante la intendencia del Dr. Mariano Castellanos. En 1904 y 1905 volvió a ese cargo durante la intendencia de José Andrés López (el historiador costumbrista) En 1906 continuó durante la actuación de los comisionados Dr. César Ameghino, hasta el 19/6/1906, y del Dr. Ángel Garay hasta el 15/4/1907, en que asumió como intendente interino el Dr. José María Ungaro. Permanece durante la intendencia efectiva del don Valerio Ponce de León, desde el 17 de mayo de 1907 hasta el 22 de diciembre de 1908. Seis años ocupa el cargo de secretario de gobierno municipal.
Fue presidente del Consejo Escolar en 1909 y entre 1911 y 1913.
Integró la primera comisión directiva del Hospital de Quilmes en 1919 hasta 1927. Este mismo año fue uno de los vicepresidentes de la comisión directiva del Quilmes Athletic Club con A. P. Williams y W. A. Baenninger, y la presidencia de Guillermo A. Jordan. Fue uno de los fundadores del Club Náutico de Quilmes el 2 de abril de 1921 con Jorge Beck, Aníbal Benguria, Gerardo Hollmann, Bernardo Homps, Hans Jorgensen, Francisco Lagazzio, José F. Peret, Carlos Torre y Marcelo Traversi.
Sus hijos continuaron con la actividad bancaria, Rodolfo en un banco de Santa Fe y Armando en el City Bank. Además, el matrimonio Labourt  Pacheco tuvo tres hijas Ofelia, Otilia, maestra en la N° 7 desde el 27 de mayo de 1931 y Evangelina, vocal de la Comisión de Damas Cooperadoras del Hospital de Quilmes cuya vicepresidenta fue su madre doña Angélica Pacheco de Labourt.

Don Francisco Eugenio Labourt, nieto del fundador de esta familia en Quilmes,  nació el 5 de julio de 1913, hijo de Luisa Clementina Taloud y Francisco Eugenio. Casado con Noemí Violeta Godoy Olazar,  perteneciente a otra vieja familia quilmeña con campos en lo que hoy es el partido de Berazategui.
Doctor en bioquímica y farmacia: Fue docente en las cátedras de los prestigiosos profesores Mariano Castex, Antonio Bator, Raúl Vaccarezza. Realizó la tesis del doctorado, “Estudio analítico, funcional y dosaje de la Trasentina”. Publicó trabajos científicos, en colaboración con los doctores mencionados y, además; con Alfredo Lanari, Luis Camponovo, Eugenio Pietrafesa, etc. Tiene publicados dos libros: “Sondeo Cardíaco” y “El ácido succínico” trabajó con el Premio Nóbel Bernardo Houssay (1947) y en el Hospital de Clínicas. La Academia Nacional de Medicina lo premió con el diploma de honor y medalla de oro, por el mejor trabajo de cardiología en 1949; ese mismo año recibió el Premio Castex, al mejor trabajo en clínica médica; el premio Ángela Iglesia de Llano, diploma de honor y medalla de oro por el trabajo Persistencia del conducto arterial, en 1951 y muchos otras distinciones. Fue presidente del Círculo Universitario de Quilmes de la Asociación Cooperadora del Hospital de Quilmes. Fue miembro del Rotary Club de Quilmes hasta los últimos meses de su vida, lo presidió en varias oportunidades. Como afianzado rotaryo promovió la creación del Rotary de Quilmes Oeste y del Rotary de Quilmes Sudeste.
Tanto el hermano de don Francisco, Rodolfo, vinculado al Banco Popular de Quilmes como sus hijos Rodolfo, radicado en la provincia de Santa Fe y Armando, funcionario del City Bank, se dedican a las actividades financieras.
Francisco Labourt y Noemí Violeta Godoy tuvieron tres hijos Francisco Eugenio, contador público, José María, médico y Pedro Lobourt, arquitecto. 
Don Francisco falleció el 3 de marzo de 2006. Poco antes los quilmeños comenzamos a ver la transformación de lo que fue su casa familiar, en terrenos que alguna pertenecieron otro patriarca del Quilmes de antaño don Andrés Baranda y vecina a la del Dr. Emilio Torre - que fuera intendente de Quilmes y Berazategui - y su esposa Ernestina Otamendi.
DOCTOR VIDA

José María Labourt Godoy fue pediatra y epidemiólogo, especialista en tuberculosis microbiológica; fue un entusiasta deportista: jugó al rugby en el Círculo Universitario de Quilmes, hincha de Racing y de Argentino de Quilmes, club del cual fue colaborador como, así también, de Futbolistas Argentinos Agremiados, a través de la Fundación El Futbolista. Fue presidente del Círculo Médico de Quilmes.
Perteneció a la Organización Internacional Médicos para Territorios en Crisis (médico en catástrofe) Estuvo 25 días en Albania durante la guerra de Kosovo. Salvó vidas, pero además, les enseñó a jugar a la pelota a los chicos.
Su altruismo y generosidad manifiesta lo llevaron a asumir riesgos imponderables en bien del prójimo, sin pretender santificaciones ni reconocimientos efímeros. Realizó trabajado para la fundación Solidarydar durante las inundaciones de nuestro país. Un día lo “invitaron” a colaborar con los refugiados albanokosovares y aceptó espontáneamente. Así narró a poco de llegar en 1999, al periodista Daniel Ruchelsma esa rotunda experiencia: “Tras instalarme en Tirana (a 13 km de Kosovo), mi grupo se contactó con la ONU y comenzamos con las misiones de relevamiento y asistencia. Además de los problemas fronterizos, nos topamos con las mafias que robaban herramientas de trabajo a los periodistas y las vendían. Afortunadamente nuestro equipo recibió como una bendición a un lugareño que nos acompañó como traductor y nos escoltó como guardaespaldas. Durante esos 25 días en Albania viví experiencias inimaginables para un hombre argentino que nunca vivió una guerra ni carencias terminales. Por ejemplo despertar reiteradamente en medio de la noche al grito ‘¡bomba! ¡bomba!’. Fue el médico y periodista Juan Paki Galé, que fue muy reconocido en el programa de Pergolini ‘La TV Ataca’, tuvo el doble esfuerzo de tranquilizarse a sí mismo y de tranquilizarme a mí. Un día me enteré  que en el  hotel en el que había pasado la noche, al día siguiente le  cayó un misil y no quedó nadie ni nada. En otra oportunidad nos metimos en un lugar donde nos dijeron: “Acá ni se les ocurra mostrar la cámara”. De pronto perdí de vista a Paki y cuando lo ubiqué estaba en una barcaza, en medio de la gente, filmando. Me vio saltó al muelle y vino hacia mí. Lo rodearon y empezaron a tironearle de la ropa, al grito de lek, que es la moneda de ellos. Yo me quedé paralizado por el terror y él atinó a balbucear “¡doctor... periodista!”, mientras mostraba sus credenciales, pero nada, ni siquiera nuestro guarda espalda se acercaba; hasta que se le ocurrió gritar “¡Maradona!” y por arte de magia todos se tranquilizaron. Incluso le contestaron:
“¡Batistuta, Kempes!”. Diego nos salvó la vida. El eterno 10 había sido nombrado padrino de la misión porque en África había pasado algo más fuerte y la fórmula también había funcionado para encontrar la calma. A pesar de haber convivido con la tragedia y de haber escuchado de boca de protagonistas principales y secundarios sobre raptos, violaciones y muertes, para mí no fue ir a la guerra, sino a un lugar con situaciones de riesgo, la guerra era para ellos, para esa pobre gente que no podía salir de allí como yo podía hacerlo en cualquier momento. Calculá, 70 días, a 300 bombas por día, son 21 mil bombas, y hubo unos 10 errores. Me parece que estadísticamente es irrelevante. Cuando subía a un helicóptero militar sentía miedo que nos tiraran un misil, porque aunque éramos personal civil, no faltaba alguno aburrido allá abajo que tirara un balazo. En esas circunstancias iba siempre agarrándome los genitales. No tenía ni un casco para ponerme ahí. Los refugiados estaban abandonados a su suerte: Cuando llegamos a un centro, nos gritaban buk, pan, en su lengua. Lo único que querían era comer. En ese viaje vi la dimensión de una pobreza que conmueve hasta al más insensible. Los chicos estaban tan shockeados que no había manera de hacerlos reír.
Además de ocuparnos por su salud,  les enseñábamos a jugar a la pelota. La primera vez que les dimos una, se peleaban por abrazarla. Con el tiempo les explicamos que si se la pasaban todos podrían tocarla y así fue que conocieron un nuevo juego. Sirvió como una distracción dentro de esa inconmensurable tristeza.
Estas peripecias las reiteró el 2 de mayo de 2007 en el programa “A.D.N.Quilmes” de la FM 106.7, que conducían Armando San José, Luis Blancou y como columnista Chalo Agnelli.

En 2010, fue reconocido como ciudadano ilustre del Partido de Quilmes junto con el doctor Julián Blanco, el artista plástico y docente de la Escuela Municipal de Bellas Artes de nuestra ciudad, Ludovico Pérez, el pintor, escultor, fotógrafo y escritor, Héctor Acosta y el poeta Carlos Patiño. Se le entregó un diploma, la ordenanza correspondiente al homenaje y una estatuilla de los indios Kilmes.
José María Labourt falleció a temprana edad el 29 de enero de 2013, víctima de una enfermedad fatal. El periodista Daniel Ruchelsma lo bautizó Doctor Vida”. 
El miércoles 30 de enero de 2013, el periódico “Perspectiva Sur”, en homenaje, publicó un reportaje que le hizo en Radio FAN, en 2009, que se transcribe para completar la dimensión de su persona. La nota salió bajo el título: “Falleció el querido médico José María Labourt, el quijote de cabello bicolor”. “El hombre de mirada triste, de longilínea figura e hidalga conducta, Fue ayer despedido por la comunidad quilmeña. Le ganó la enfermedad que lo tuvo de punto en los últimos meses y en la preocupación de todos quienes lo conocían” [...] “Hijo de una familia tradicional de la ciudad, José María se distinguía no sólo por su gran altura y su cabello curiosamente bicolor, sino por su hombría de bien, su amor a la humanidad en general y a los niños en particular.
En el 2009, Perspectiva Sur le hizo una entrevista al cumplir su 27° aniversario...
- ¿Le gusta la ciudad de Quilmes?
- Sí, me encanta. Es una de las ciudades que más me gusta; no por lo edilicio, sino por lo afectivo. Desde ahí, no podría vivir en ninguna otra ciudad».
- ¿Cuál es la mayor debilidad de la ciudad?
- La no integración geográfica entre el Este y el Oeste de la ciudad, cortados por la vía del ferrocarril. Tenemos un centro muy pequeño y hay mucha gente que vive en la periferia. Me gustaría que fuera más abierto el centro con integración de los distintos barrios.
- ¿Qué tres cosas haría si fuera intendente?
- Me resulta imposible no pensar como médico... Le instalaría agua corriente a todo el mundo, disposición de residuos bien hecha, cloacas y más parques, muchos más espacios verdes.
- ¿Qué opina de que Quilmes tenga un puerto en la Ribera?
- ¡Fantástico! Sobre todo en la zona del Náutico o en el Pejerrey. Tener un puerto deportivo, no para trasatlánticos, sería ideal.
- ¿Y un aeropuerto en la IMPA?
- Eso no. Perjudicaría a la ciudad. Quizás crezca más, pero a mí personalmente no me gustaría nada.
- ¿Un hobby?
- Estar en el campo, andar a caballo. Todo lo que sea contemplación y alejarse de la ciudad.
- ¿Comida preferida?
- Lomo al champignon o lomo a la pi­mienta.
- ¿Una película?
- Todas las de misterios jurídicos, jui­cios y tramas complicadas.
- ¿Cómo sería su día ideal?
- Estar en el campo, tranquilo, leyendo el diario, pero no noticias desagradables, con la familia y amigos.
LA COLECTIVIDAD VASCA DEL IPARRALDE DE LA PRIMERA INMIGRACIÓN 
Muchos son los apellidos franceses y vascos del Iparralde que encontramos vinculados a Quilmes a partir de 1800: Dupuy, Duval, Barate, Labourt, Luto (o Luteau), Lerdou, Lassalle, Bourlot, Amiel, Fleury, Larrullet, Larralde, etc.
En 1810 en el Correo de Comercio, según el Dr. José A. Craviotto, se anuncia que en la Ensenada de Barragán, perteneciente al pago de la Magdalena el Sr. Pedro Duval apoyó económicamente a don Roberto Staples para la instalación de un saladero. Este Pedro Duval tenía vinculaciones con Juan Isidoro Clark. Esta firma comercial Staples & Duval fue multada en noviembre de 1811 por irregularidades en la matanza de ganado. Para efectivizar esta sanción fue enviado a Ensenada un piquete de Dragones de la Patria [9]
Según un escrito de 1841 figuran, entre los empresarios saladeriles de la jurisdicción de Quilmes, los franceses: Juan Barate, propietario, y Julio Luto (o Luteau), con saladero en terreno arrendado [10]
Bernardo Lerdou, en 1852, donó, entre otros vecinos, $ 500 para la instalación de un nuevo cementerio donde hoy se halla el Hospital I. Iriarte. Se llegó a reunir $ 44.037 y las tareas concluyeron en 1855. Era propietario de la chacra que figura en el mapa de catastro de 1898 con N° 18, limitada por las calles República del Líbano, Urquiza, Lamadrid y Andrés Baranda.
La familia Lerdou fueron propietarios de la panadería “La Francesa” - que luego pasó a la sociedad Deprati/Rodiles - ubicada en Rivadavia y Moreno, junto a la casa de la familia con entrada sobre Moreno.
Mariana y Gregoria Lerdou, posiblemente hijas del anterior, en 1886,  integraron la Sociedad de Damas de Caridad de San José con el propósito de atender enfermos indigentes  y proporcionarles el auxilio necesario y no solamente el asilo. Con esta sociedad se encaró la organización de un verdadero hospital [11]
Alejandro Lassalle fue uno de los preocupados colaboradores en pro de la educación de los niños quilmeños; así figura en las fiestas patrias de 1858, en que por primera vez en la provincia se usaron delantales blancos. [12]
En 1875, el juez de paz Pedro Risso encomendó al Dr. Honorio Martel,  Felipe Amoedo y a Alejandro Lassalle gestionaran la creación en Quilmes de un Colegio Secundario. No prosperando la iniciativa por falta de recursos, ya que hubo que alimentar a la Guardia Nacional apostada en Quilmes que participó en la revolución de setiembre de 1874. [13]  En 1877 integró el jury de clasificación de patentes fiscales.
Ese mismo año, la niña Vicenta Lassalle, hija de Alejandro, fue premiada, entre otras,  como mejor alumna de la escuela que dirigían las señoritas Rivero y Echeverría; algunas de las demás eran: Elvira Risso, Soledad Quevedo, Avelina Tobal (luego de Huisi), Ramona Matienzo Dupuy, Ercilia Otamendi, Ana Murialdo, Ercilia Rubio, Juana María Cabrera (*1866; luego la maestra fundadora del la E.G.B. N° 7), Carmen Lanatta, Emilia Murialdo, etc. Todas con una edad que iba de los 10 a los 12 años.
Vicenta con su madre, María A. de Lassalle, integraron con las Lerdou, en 1886, la Sociedad San José mencionada anteriormente.
Bernardo Lassalle fue presidente del H.C.D. en 1893 e intendente municipal entre 1894 y 1895. Fue el que dispuso la plantación de casuarinas en el camino al río, a ambos lados de la avenida Otamendi, plantación renovada por el Dr. José Eduardo López en 1926. [14]
Sobre don Orleáns Larralde, quizá también un vascofrancés venido después de Labourt dice José Andrés López, “Cada comercio valía de acuerdo con la eficacia que del espíritu del mostrador que lo animaba, emanaba. El señor Labourt, por ejemplo, culminaba la curva de sus éxitos cuando lo animaba el espíritu comercialmente amable, culto y atrayente del señor Orleáns Larralde, y su decadencia se iniciaba con la desaparición de este.” [15]
Pedro Amiel, en 1892, era propietario de una carpintería en Ezpeleta llamada la Bouvette Francaise.
Pedro Fleury, en San Francisco (Berazategui) tenía un almacén, billar, café y cancha de bochas. [16]
Esteban Bourlot, en 1891,  fue uno de los vocales de la Comisión Directiva que integraban Félix Bernal, Antonio Tasso, Santiago Marengo, Enrique Meincke, Agustín Pedemonte, etc, para la fundación del colegio y templo salesiano de Bernal. [17]
Sintetizando, miembros de esta colectividad que ocuparon cargos políticos locales, algunos ya nombrados, fueron: concejales: Francisco Labourt, entre 1857 y 1858; Alejandro Lassalle en 1865 y consecutivamente entre 1872 hasta 1881; Bernardo Lassalle entre 1893/94; Juan Ihuralde entre 1871 hasta 1875 consecutivamente y entre 1880 y 1881; Julio I., 1893/94 y 1898/99; Juan I. (h), 1909; Horacio I. 1909; Raúl I., 1929/30/32/33; Orleáns Larralde, 1869/70/71. Fue secretario del departamento ejecutivo de la municipalidad don Rodolfo Labourt desde 1902 hasta 1908.


CASA DE LOS VASCOS - EUSKAL ECHEA
En el pueblo de Quilmes, a los 6 días de Enero de 1901, reunidos en el "Hotel Universal" calle Alvear esquina Garibaldi, se reúnen los señores Santiago Goñi, [18] Domingo Iparraguirre, Miguel Nazábal, José Larralde, [19] Pedro Etchevertz, [20] José Almirantearena, Jaime Bazterrica, Juan Bazterrica, [21] Joaquín Elortondo, José Jourequi, Fermín Melchor, Tomás Barreneche, Pablo Ibarra, Francisco Candia, Francisco Arrieta, Basilio Amondarain, Julián Meñaca y Agustín Goñi; el señor Iparraguirre expuso el objeto de la reunión y que era de acuerdo a su convocatoria constituir una sociedad entre los vascongados e hijos residentes en el distrito...” Así comienza el acta fundacional de la Casa de los Vascos. Fue inscripta en la municipalidad con el Nº 369. Luego se consiguió establecerse en una sede propia en la esquina de Brown y 25 de Mayo.
Agrega el diario El Sol del martes 7 de octubre de 1980: “La colectividad vasca gozó siempre en el país, de las mayores simpatías. Honesta y laboriosa con gran sentido de la responsabilidad altamente solidaria con nuestros problemas y fácilmente asimilable a nuestras costumbres, ha sabido ganarse un lugar de privilegio en el corazón y en el afecto de los argentinos.
No es de extrañar, entonces, que sus instituciones representativas hayan contado siempre con el apoyo popular. La Euskal-Echea (‘Casa de los Vascos’), por ejemplo, cuyo desarrollo ha abarcado los puntos más importantes del territorio nacional. Quilmes también la tiene, está instalada en 25 de Mayo y Brown, y es precisamente en ella donde se obtuvo en el año 1940 esta nota gráfica, con motivo del viaje a Europa del señor José María Sarriés, caracterizado miembro de la comunidad vascongada.”

En la primera fila, sentados de   izquierda a derecha, aparecen entre otros los señores: Juan Zoroza, Pedro Arán, Martín Artajo, José María Sarriés, el cura párroco Dr. Ángel Banfi, el Dr. Isidoro G. Iriarte, el R. P. Juan Bernardino Lértora, capellán de la Escuela Naval; el R. P. Julio Argentino Gatica y Agustín L. Rocca; en la fila del centro: Cosme Arrastoa, Saturnino Iriarte, Pascacio Iriarte, José M. Goes, Eleodoro Moyano (se le ve sólo la cabeza), el profesor Doroteo Yoldi, Martín Sarriés, Pedro Bazterrica, Domingo Urcola, José Gorostieta, Julián Ochera, Secundino Iribarren, Enrique Martínez, Julián Ithurbide, Eduardo Arguindegui, Martín Ourracarriet y Marcial Michelena; última fila: Luis Antonio Borro, Daniel Sarriés y Martín Sarriés (h) (Fotografía reproducida por Alcibíades Rodríguez; texto, Víctor Alberto Giordano)
PERIÓDICO EL PLATA DE MAYO DE 1927 – QUILMES
“Lucidos contornos alcanzó la fiesta realizada el sábado 14 del corriente, en el local de la Sociedad Euskal Echea con motivo de con­memorarse el 26 aniversario de la fundación de dicha institución.
A la hora de la cena, tomaron asiento, alrededor de ochenta comen­sales, que hicieron los debidos ho­nores al menú preparado.
 Finalizada esta se dio comienzo al baile familiar, que reunió a nu­merosas familias, prolongándose la danza hasta las 5 de la mañana del domingo, sin que decayera un solo instante, el gran entusiasmo y camaradería que reinaba entre to­dos los concurrentes.
En uno de los intervalos del bai­le, los hermanos Aspitía, componen­tes del dúo nacional Aspitía-Sarry, hicieron oír varios números de su nutrido repertorio, mereciendo los aplausos de todos los oyentes.
La tiranía del espacio, nos impi­de publicar la nómina de las familias asistentes, como es nuestro deseo, pero la nota gráfica que in­tercalaremos en domingo próximo y en la que figuran parte de las señoritas  asistentes, dará una idea al lector de lo  concurrida  que estuvo esta fiesta.”

NOTA AL CONSEJO ASESOR DE COLECTIVIDADES DE QUILMES, 2001
“La `Euskal Echea’ existente en nuestra ciudad, ya cuenta 100 años de existencia. En esa época, los socios con su presencia, con sus historias de vida y su sentido de pertenencia eran quienes mantenían activas la entidad. Pero en los últimos años de debieron incrementar denodadamente los esfuerzos para construir una relación institucional perdurable creando canales fluidos de asistencia, que renovaran la vigencia societaria y mantuvieran despierto el interés de los socios, argentinos en su gran mayoría, sin experiencias inmigratorias, pero con sentido de pertenencia al pueblo de sus ancestros. La Casa de los Vascos existente en Quilmes, por la casi nula actividad de los descendientes euskaros quilmeños en estos últimos años, se fue dispersando y perdiendo figuración en la colectividad vasca local.”


 LOS TRES ESCUDOS QUE FIGURAN EN EL FRONTIS DE LA EUSKAL ETCHEA [22]
En el frontis de la ochava de la antigua sede de la Euskal Etchea (Casa Vasca) en la esquina NE de 25 de Mayo y Brown hay tres escudos que labraron allí los fundadores de esta institución difusora de la cultura vascongada. El señor Armando Velasco nos envió la descripción de esos escudos y su simbología heráldica.
El más pequeño, entre medio de los dos de abajo dice: “AÑO 1901 - ENERO 6”. Fecha de fundación este Centro Vasco que es una de los más antiguos de la República Argentina.
Detrás del mismo hay una cinta que corona los dos escudos que tiene inscripto: sobre el escudo de la izquierda: “EUSKAL HERRIA” (País Vasco en euskera, lengua vasca) y sobre el de la derecha: “REPÚBLICA ARGENTINA”.
 
El escudo de la derecha visto de frente, tiene en el centro una alegoría que representa las actividades principales del pueblo vasco y la fe. EL ÁRBOL DE GERNIKA (Gernikako Arbola) - árbol que simboliza las libertades tradicionales (fueros) de Vizcaya y los vizcaínos, por extensión de todos los vascos -; [23] además contiene un “SOL” que es dios, una “VACA”, un “CABALLO”, una “BALLENA” - este animal recuerda que en tiempos no demasiado lejanos se practicaba la caza de ballenas en toda la costa y varias ciudades tienen en su emblema una lancha con sus remeros persiguiendo esos cetáceos -,  un “ANCLA” recordando los pequeños astilleros donde se construían naves pesqueras. Rodeando todos estos símbolos están los nombres de las siete provincias vascas: “ALABA, GIPUZKOA, NABARRA, BIZKAYA” - dentro del Reino de España – “LAPURDI” (Labourt en francés), “BENABARRA” (Basse-Navarre en francés), “SUBEROA” (Soule en francés) – dentro de la República Francesa - . Abajo del escudo, el lema, “ZAZPIA-AK-BAT” (Las Siete Una)
El escudo de la izquierda  representa la “CASA DE JUNTAS DE GERNIKA”, con el roble tradicional, al pie del cual está “EL LIBRO DE LOS FUEROS”, sobre el cual  los Señores de Bizcaya estaban obligados a jurar para poder ser reconocidos como tales. El árbol está rodeado por los “JUNTEROS” cuidando que las libertades, que amparaban absolutamente a todos los vizcaínos por igual, no fueran transgredidas. Abajo del escudo, el lema, “DENAK-BAT” (TODOS UNO). Los nombres vascos figuran escritos con ortografía vasca.
A LOS 110 AÑOS
En 2011, animados por aquellos que hace 110 años se autoconvocaron con la finalidad de fomentar la unión de los vascos y crear vínculos entre todo lo que tenga relación con el espíritu Euskaro, algunos descendientes de vascos se han propuesto recuperar la Sociedad para la sociedad; impulsar la cultura euskera, mantener vivas las costumbres y tradiciones de sus antepasados, como así también el amor a la Nación Argentina, cobijo de tantos vascos en momentos en que la vida en Euskal Herria (Euskadi e Iparralde), el país de origen, era imprevisible. 
Investigación, compilación, entrevistas y notas Prof. Chalo Agnelli
Director del Blog
NOTAS
[1] Se pronuncia labur; sin t significa “tierra labrada" 
[2] Actualmente el espacio geográfico que ocupa Euskal Herria (Heogalde e Iparralde) tiene una extensión de 20.719 km2., un poco menor a la superficie de la provincia de Tucumán, Argentina, con 22.524 km2. De la Fundación Vasca Argentina, “Juan de Garay”. 
[3] López, José Andrés. “Quilmes de antaño” Edición única. 1930. (Cap. “Su comercio”, págs. 248 a 253) 
[4] Establecimientos industriales más importantes de la jurisdicción de la Municipalidad de Quilmes entre 1920 y 1940, aproximadamente. Tomado de la Revista “Cien Ciudades Argentinas Tomo I. Pág. 8 . Buenos Aires, 1925.
[5] Mangifesta, Claudio. “La ventana infinita” Tiempo Sur. Agosto de 1999
[6] Matienzo, Agustín. “Carlos Morel, precursor del arte argentino”. EMECE EDITORES. 1959
[7] Según los libros de matrimonios consagrados en la actual Catedral de Quilmes: Indalecia Dupuy se casa con Adolfo Otamendi en 1844 (Libro II – Folio 1; al quedar viudo se casa con su cuñada María de las Nieves); Eduarda con Felipe Amoedo en 1853 (Lib. 2 – F. 56);  Josefa, con Francisco Eugenio Labourt en 1863 (Lib. 4 – F. 21); Ana, con José Agustín Matienzo en 1864 (Lib. 6 – F.27) e Ignacia con Juan Ithuralde en 1865 (Lib. 7 – F.15). Todas tuvieron numerosa descendencia. Eran sobrinas del pintor Carlos Morel. Su hermano Luis José casado en Quilmes con Leonor Ayos en 1857 (Lib. 2 – F. 1) fue el fundador de la ciudad de Miramar.
[8] Ley N° 35 Organización Nacional, octubre 10 de 1854.
[9] Ver. Craviotto, José Alcides. “Quilmes a través de los años”. 1° ed. Agosto de 1966. Quilmes. Pág. 171
[10] Idem. Craviotto, pág. 174
[11] Idem. Craviotto, págs. 249 y 250
[12] Craviotto, José A. y Barrera Nicholson, César. “La conmemoración del aniversario patrio en el pasado de Quilmes”. La Verdad, Quilmes, 23 de mayo de 1939; ídem, “Delantales blancos en las escuelas de Quilmes”, El Sol, 29 de abril de 1955.
[13] Idem. Craviotto, Págs. 237 y 327
[14] Idem. Craviotto, Págs. 257 y 258
[15] López, José Andrés “Quilmes de antaño”. Edición única. 1930. Quilmes (capítulo “Su comercio”; Pág. 251)
[16] Ídem. Craviotto, Pág. 257
[17] Ídem. ant. Pág. 254