lunes, 28 de diciembre de 2015

DOÑA FLORENCIA JORDAN DE RUESTA "LA ABUELA LORENZA" POR NIDIA PRESSÓN RUESTA



En estas páginas donde desenvolvemos historias de inmigración; sus caminos, aciertos e infortunios, con que trazaron en esta Argentina nuestra, junto a los pueblos originarios - rescatados potencialmente para la historia recién a partir de la segunda mitad de siglo XX – los destinos de una Nación multiétnica y multicultural, aparecen figuras que, si bien, parecen pasar desapercibidas para la Historia Grande construyeron futuro en el legado de su persona que dejaron a sus descendientes. Esta es una de esas biografías, la de doña Lorenza - o la abuela Lorenzo para los más íntimos - como en el barrio, en La Colonia, llamábamos a Florencia Jordán de Ruesta. Nadie puede decir que conociéndola no le haya dejado algo, un roce tan sólo, apenas, de una figura y una personalidad inconmensurable e imperecedera. (Chalo Agnelli)
FLORENCIA
El 10 de agosto de 1897, fue anunciada la formula presidencial para las próximas elecciones. Alejo Julio Argentino Pascual Roca era acompañado por Norberto Quirno Costa quienes pertenecían al Partido Autonomista Nacional. 
En esa misma fecha nacía Florencia Petrona Jordán Accuatelli en el barrio de San Cristóbal, el de la “Semana Trágica”, el de la “Madre María” (María Salomé Loredo y Otaola), fue en la calle Deán Funes próxima a la estatua de Florencio Sánchez. 
Corría el año 1910 la patria cumplía su Centenario, Florencia tenía ya 13 años. Era la hija del matrimonio formado por Ángeles Accuatelli (Goya) y José Jordán, los dos al casarse provenían de matrimonios anteriores en el que ambos habían tenido hijos. De esta unión nacieron: Florencia, Amanda, Lucio, Francisco, Rosario, Angélica y Angelita. Esta última, en realidad, era hija de uno de los hermanastros y de la sirvienta, pero la anotaron y criaron como hija de Goya y José. 
Los hermanastros eran en total ocho. Uno fue militar, otro fue cónsul en Colombia; estaban a su vez: María, la más parecida a Florencia, y Victoria quién se suicidó con el novio en una lechería tomando cianuro. Nunca se supo el por qué de esta decisión, los dos estaban estudiando en la UBA. 
GENEROSO 
El padre de Florencia tenía una tabaquería y gozaban de una buena posición en la localidad de San Isidro; el caso es que un día se presentó en la casa Generoso Ceferino Ruesta acompañado de su madre Bavila Albóñez de Ruesta. Generoso tenía 19 años, era alto y muy buen mozo, de tez muy blanca, de cabello y ojos negros. La mamá era una aragonesa de fuerte carácter, muy directa en su decir, una mujer de ojos azules y cabello aun rojizo. 
La cuestión es que cuando Goya Accuatelli de Jordán supo de qué se trataba la visita, puso el grito en el cielo y buscó toda clase de excusas, hasta que se le ocurrió confirmar que Florencia era una inútil, que no sabía hacer nada, fue así que prestamente Bavila respondió: 
        Lo que usted no le ha enseñado lo aprenderá conmigo. 
Finalmente Goya y José cedieron y a Florencia se le iluminó la cara de felicidad, con tan solo verlo una vez, ya estaba muy enamorada de Generoso. A los pocos meses se concretó la boda. 
En abril de 1911, se casaron y fueron a vivir con Bavila - Felipe el esposo de esta ya había muerto - y el hermano de Generoso, Faustino (Tití); Jorge el mayor de los hermanos y Margarita ya estaban casados; quienes como sus padres Felipe y Bavila había nacido en España. En Argentina nacieron Elena Marcela a quién casaron con un italiano muy bueno, pero de quien ella no estaba enamorada y sucedió que después de su tercera hija, Elena conoció a un militar de alto rango y se marchó con él; dejando al cuidado de la abuela Bavila y del tío Generoso sus tres hijas: Teresa, Margarita y Elena. Las niñas fueron las compañeras de juegos de su tía política, Florencia, que también, aunque ya casada, era una niña. 
Bavila además de comandar la familia, regenteaba la panadería de San Isidro. Flor aprendió a hacer los trabajos domésticos y a ayudar en el negocio. Si bien tenía 14 años cuando quedó embarazada, era una nena: seguía jugando con las chicas, sus sobrinas, saltaba la soga, hasta que Bavila la hacía entrar pues temía por el embarazo. Así fue creciendo bajo las reglas de su suegra quién le enseñó a trabajar y cuidó de ella con dureza pero queriéndola. 
"LA CURVA" 
El 2 de agosto de 1913, nació Inés (Ñata), la primera hija de Florencia y Generoso. Tiempo después compraron una gran panadería en capital, en la calle Pichincha casi Garay. Allí donde nació su segunda hija, Zulema. Luego vendieron y compraron dos panaderías una en Quilmes, en el barrio La Colonia, y otra en Bernal, esta última en la calle Ing. Eduardo Otamendi, las dos con cuadra y reparto. La panadería de Quilmes, Andrés Baranda 592 (V.N.), fue bautizada "La Curva", pues en esa encrucijada de calles era donde el tranvía 22 que venía desde la Capital giraba a la izquierda y tomaba la avenida Pellegrini rumbo a la estación. El lugar ya se lo conocía como "La Curva de Lemos". La panadería aún existe y nombre lo conservó hasta 2014, cuando se le cambió por “Boulevard”. 
En Quilmes los Ruesta-Jordan vivieron en la calle Sáenz Peña, allí nacieron en 1917, Felipe (Pipe) y en 1919, Nélida (Chola)
LA TRAGEDIA 
El tío Tití (Faustino Ruesta), como lo llamaban sus sobrinas, estaba muy enamorado de una joven que murió inesperadamente. Una inconmensurable tristeza pudo con este hombre, al punto que esperaba que llegara la noche, iba a Ezpeleta y saltaba la pared del cementerio para estar cerca de quien había sido su amada. No pudo soportar el dolor de la pérdida. Poco a poco se hundió en la bebida. Una fría noche de niebla, regresaba a su casa totalmente ebrio, tropezó y cayó sobre las vías del tranvía en la esquina de Andrés Baranda y Pellegrini, donde se quedó dormido. Una “zorra” – esos tranvías de carga de la Cervecería - avanzaba dentro de una espesa niebla que cegaba al motorman, quien tampoco advierte que un hombre que yacía sobre las vías es atropellado y el vehículo lo arrastra enganchado varios metros; su gorra quedó próxima a las puertas de la panadería “La Curva”. 
Esta tragedia golpeó a los Ruesta. Poco tiempo después, Bavila Albóñez de Ruesta, quien durante años había manejado a su familia y a la panadería de Quilmes, paulatinamente se derrumbó, la infinita pena de perder a un hijo le arrebató su extraordinaria fortaleza y lo siguió en la muerte. 
FLORENCIA 
Florencia debió tomar el lugar que dejó Bavila y hacerse cargo de lo que vino después… Si bien Bavila formó y fortaleció a su nuera, no fue así con sus hijos: uno moría por amor, Elena que no volvió jamás a ver a sus hijas, Margarita dedicada a su familia se olvidó de su madre, Jorge, dominado por su mujer… y Generoso, ese hijo amado por Florencia, de aparente carácter fuerte como su madre, también perdió su fortaleza ante circunstancia inesperadas… 
GENEROSO 
Generoso era radical, correligionario y amigo del Dr. Rodolfo López. Cuando cae el gobierno de Hipólito Yrigoyen, tras el golpe cívico-militar del general José Félix Uriburu, se comenzó a reprimir a las organizaciones obreras y se declaró fuera de la ley a todas las organizaciones y grupos anarquistas. Se condenó a pena de fusilamiento a todo activista que se lo encontrase resistiendo contra el gobierno. La represión indiscriminada y salvaje, iniciada por la
De facebook: "Los viejos nos acordamos"
dictadura de Uriburu generó la reacción de grupos anarquistas de acción directa. En Quilmes en uno de los tantos encontronazos los anarcos incendian una jardinera (carro de reparto de pan)
 
Generoso en un incidente casero en el que su madre, que le llevaba una palangana de agua hirviendo para hacerle vapores pues estaba afectado de los bronquios, tropezó y cayó sobre el joven, quien sufrió serias quemaduras en ambos brazos. 
Las quemaduras, a las que se sumó en contra que era panadero y este gremio siempre fue muy levantisco e integrado en gran parte por anarquistas, fueron causales suficientes para detenerlo sospechado de haber sido uno de los que provocaron la quema del transporte y tras un juicio sumario, junto a otros 35 hombres, fue embarcado inmediatamente en el “Pampa” un barco que hacía el trayecto hasta Tierra del Fuego. Permaneció un mes en la bodega de la embarcación, engrillado y en estado deplorable. 
Entre tanto Florencia y sus hijos, ignorantes del destino de Generoso, movían cielo y tierra en busca de noticias. Nadie les había dado parte de la situación por la que estaba pasado él, ignorante también el la que había quedado su familia. 
En Ushuaia sufrió carencias, la tortura agobiante de la soledad y el incalificable dolor de la injusticia. Finalmente por conexiones con ex funcionarios radicales la familia mal vendió todas sus posesiones por la urgencia que los acosaba ("La Curva" pasó a la firma Álvarez & Núñez). Y lograron la libertad y el regreso de Generoso a Quilmes, que se produce tal como la ida en la bodega del mismo navío y en las mismas condiciones. 
Cuando Generoso arriba a Buenos Aires ya no es la misma persona. Era un hombre abatido y enfermo. Su negro cabello había totalmente encanecido, su sonrisa era una mueca y su piel blanca había cambiado a un tono cetrino, cruzado por profundas arrugas. Tenía apenas, poco más de cuarenta años. 
 El tranvía 22 avanza por Andrés Baranda hacia la Curva de Lemos
La Curva de Lemos hoy, Andrés Baranda y Carlos Pellegrini.
LA NUEVA MATRONA 
A partir de lo sucedido Florencia se hace cargo de todo y gesta lo que luego adquiere las variables de un clan familiar. Su esposo ya no puede más con su vida y comienza el fin. Inés se ha casado en mayo del `34 y en marzo del `35 lo hace Zulema quién en el año `37 tiene una hija, Nidia. Al año fallece Generoso quedando la familia en la ruina por la pérdida de bienes que significó recuperar a Generoso al seno familiar del injusto castigo y los gastos de la  atención médica.

En ese entonces el orgullo de Florencia hace que se aleje de sus hermanos, como una forma de ocultar su situación, ya que ellos gozaban de un nivel de vida alto y en esa época esas divisiones de nivel social eran más notorias y objetables. 
Al clan se sumaron los yernos. Decidieron alquilar una casona para poder vivir juntos y así recuperarse de tanta malaria, Florencia fue a trabajar en la misma fábrica donde entró su hijo Felipe. La Fabril Financiera de Bernal. Inés también lo hizo en Tapas Corona (SAFAC) de la Cervecería Quilmes. Los yernos, uno en el ferrocarril y el otro en la Cervecería. Zulema y Nélida atendían la casa. Todos bajo el matriarcado de Florencia en una manifiesta comunidad.

¡No, no son enfermeras! Son trabajadoras de la Fabril Financiera de Bernal (con sus uniformes que atentaban con la elegancia) Florencia Jordán de Ruesta la cuarta sentada desde la derecha. En el centro el capataz (Bendito tu... todavía por esos años no se pensaba que pudiera haber una 'capataza')

PUERTAS ABIERTAS
Esa vida familiar transcurre entre sobresaltos y alegrías. La casa siempre está abierta para parientes y entenados, todos quienes necesitaban un apoyo, hospedaje, un plato de comida, cariño lo encontraban pasando la puerta cancel de los Ruesta.
En nuestro país este tipo de familias ampliadas, generalmente conducidas por una mujer, se desarrollaron con el impulso de la inmigración, entre finales del siglo XIX y mediados del XX. Luego fueron desapareciendo y las familias se limitaron a los miembros inmediatos. 
En la casa de los Ruesta, en la calle Entre Ríos, se hacían reuniones, fiestas, brillantes peñas, donde todos participaban: amigos, vecinos y conocidos: Pipe Ruesta tocaba la guitarra y era
Sexteto de bandoneones
un excelente payador; Raúl Andrágñez, marido de Inés, además de animador en las orquestas típicas, era un notable humorista
; Eliseo Pressón, marido de Zulema, tocaba el bandoneón y con él llegaban a al hogar de los Ruesta muchas de las figuras notables de las orquestas típicas y con amigos como: Salas, Pancho Roumieu, Tesei, Cafiero, Damiano, Francisco Abbatantuono, Héctor Tiscornia. Se bailaba, se cantaba, las mujeres preparaban el lunch, el clericó y corría la bidú para los chicos y la Quilmes, infaltable.  Los días donde estos encuentros eran brillantes eran el 10 de agosto, cumpleaños de Florencia y las fiestas de fin de año, sobre todo el 1 de enero, donde muchos, después de los brindis de las 12, se trasladaban a festejar a esa casa cercana a la estación.
LA ABUELA LORENZA 
La familia fue creciendo. Más bienestar, más integrantes, más sinsabores; preocupaciones, satisfacciones, alegrías. 
Mientras tanto la vida política cambiaba. Distintos gobiernos, nuevos partidismos y la familia no escapó a las discrepancias, aunque la sangre nunca llegó al río. 
Florencia - o Lorenza, pues fuera del entorno inmediato todos la conocían por ‘doña Lorenza’ o ‘abuela Lorenza’, nunca se logró entender el por qué - fue abuela de cuatro nietos, dos mujeres y dos varones, su primera nieta Nidia, en el año 1957, la transformó en bisabuela de una niña, Liliana Martin. 
En ese entonces ya estaba jubilada. Después de preparar el almuerzo junto con Inés se sentaba a leer todos los diarios y le encantaba comentar las noticias. Las salidas eran con la mayor de sus nietas, al cine, al baile y al regresar a la casa se quedaban hasta muy tarde comentando sobre el espectáculo, la gente, el mundo social de aquel Quilmes que aún era pueblo. 
Transcurrió su vida entre dolores y las preocupaciones pero nunca nadie la vio llorar, ni aflojar en la lucha. 
Se apagó su vida rodeada de toda su familia que la amaba y respetaba; en su agonía llamaba, “mamá”. Quedó la duda a cuál ‘mamá’ llamaba ¿A la que le dio la vida? O a la aragonesa que siempre nombraba, a Bavila, la que le enseñó a luchar, a defenderse y ser una mujer autosuficiente. Florencia o Lorenza dejó este mundo un 14 de junio de 1978, rodeada por su familia; cuando la gente drogada por el mundial de fútbol vivaba al gobierno de facto e ignoraba los centros de detención, los torturados, los desaparecidos. 
CONCLUSIÓN 
Fue un modelo en el que muchos quisieron fundirse. Yo su nieta mayor, Nidia, crecí pensando que debía ser fuerte como ella; apenas lo logré algunas veces, pero creo que no le llegué a las rodillas. A la misma edad que ella tenía cuando fue bisabuela, me pregunto si algo de esa mujer me ha quedado y después de un balance de mi vida llego a la conclusión que mi fortaleza me viene de su fortaleza para enfrentar las intemperies de la vida… La sigo amando y admirando; sé que por siempre estará conmigo… mi abuela. Pocas veces sueño con ella, pero cuando me pasa, me suceden cosas buenas, es como un amuleto que me cuida…  


Por Nidia Pressón Ruesta



domingo, 20 de septiembre de 2015

"HISTORIA DE MIS RAÍCES" DE ÁNGELA A. MORESCHINI

Los que hemos permanecido en el lugar de nacimiento durante décadas, con tan sólo algún pequeño desplazamiento breve y no muy distante, no nos deja de asombrar de maravillar, toda esa millonada de inmigrantes que llegaron a esta tierra para poblarla, enriquecerla con su trabajo; todos aquellos que abandonando sus raíces se transplantaron en este suelo y supieron aprovechar con espíritu positivo las riquezas naturales y las oportunidades sociales, culturales, educativas y políticas que nuestra Argentina dio siempre. Con sacrificio, con abnegación, con franca pelea, cuando fue necesario, pero siempre con proyecciones de futuro digno para sus descendientes.
Quizá esta crónica debería figurar en EL QUILMERO DE LA INMIGRACIÓN, pues el contenido de este libro, esta historia de inmigración es más acorde con la temática que ese sub-blog de EL QUILMERO encierra. Pero preferimos ubicarla en EL QUILMERO EN LA GOYENA, pues fue a esta Biblioteca que Ángela A. Moreschini trajo su "Historia de mis raíces", un libro publicado por Editorial Jarmat en 2015, con un diseño de tapa de Adrián Elbio Arán Terré y la colaboración de Alberto Aníbal Arán, el notable miniaturista que recientemente se unió también a los festejos de la Goyena obsequiándonos un cuadro de su autoría. 
Esta libro con su historia, se suma al que nos referimos en EL QUILMERO DE LA INMIGRACIÓN el martes, 25 de noviembre de 2014, "Los Simonetto, Rosina, “Noé”, Italia… Otra Página De Inmigración" reseña de dos libros de Rosina Simonetto: “Italia, allá lejos y hace tiempo” y “Noé” que cuentan los avatares de la vida de inmigrantes italianos que hicieron su vida en la Argentina y aquí dejaron una prolífica descendencia... Ese es el argumento del libro de Ángela A. Moreschini.
Dice la contratapa: "Ángela Asunción Moreschini Crocenzi, oriunda de la localidad de
Santiago Temple, departamento de Río Segundo, provincia de Córdo­ba. Siendo aún niña, sus padres se mudaron al pueblo de La Violeta, partido de Pergamino, - provincia de Buenos Aires y comenzó sus estu­dios en tina escuela en la vecina lo­calidad de Pérez Millán. Luego de varios años de estar ra­dicada en la zona rural de La Viole­ta y atendiendo propuestas con nue­vos horizontes laborales se trasla­da juntamente con su familia a la Capital Federal. En esta ciudad, se dedicó a la atención de un comercio de restaurant y bar, en la zona de Palermo, posteriormente, y
continuando con emprendimientos comerciales en el rubro bombonería y panificados, se radica en el barrio de Caballito.
En sociedad con sus hermanos, se instala en la sureña localidad de Bernal, en el partido de Quilmes, donde desarro­llaran actividades comerciales en el segmento gastronómico.

Posteriormente realiza un cambio en su vida laboral, in­gresando en relación de dependencia en el plantel del perso­nal de la compañía farmacéutica Química Cútter S. A. Luego efectuó tareas en la compañía textil Achinelli S. A.

Actualmente, en su residencia de la ciudad de Quilmes, amén de atender sus quehaceres hogareños, ha repartido armoniosamente su tiempo, dedicándose a escribir pasajes de su vida, recordando
facetas y vivencias de su entorno familiar, tarea esta, que ha logrado plasmar en este presente y sencillo libro que hoy nos presenta en sociedad."
Cuando escuchamos o leemos tanta queja vana de cierta clase media descendiente de estas mujeres y hombres que lo dejaron todo para llegar a este suelo y nunca volvieron, nunca se platearon regresar; aquellos quienes fueron diseñadores de esta misma clase media que hoy fluye en cierta bonanza, esta clase media que hizo estudiar a sus hijos que son los profesionales, los comerciantes, los industriales, educadores, la clase dirigente que conservan de sus antepasados los apellidos, pero carecen de la imponente fuerza transformadora para luchar contra los contratiempos - nimios por los general - que aquellos tuvieron y no precisamente por nimiedades como: "¡qué cara está la cebolla!"... cuando observamos con pena esas conducatas más crece la admiración por el INMIGRANTE.
Tomemos de este libro apenas dos títulos para entender la dimensión de lo antedicho:
CRISIS ECONÓMICA DE LOS AÑOS 1924/1930 
La pobreza empezó a tallar en el hogar de mis padres y era cosa común en la sociedad circundante, tristes momentos que les toco transitar, entrelazadas a las penurias económicas fueron agravadas por intensas se­quías, las voraces plagas de langostas más los incendios de montes vírge­nes existentes en esa zona de Córdoba. 
Sumaba el panorama de desatinos los irrisorios precios que solían liquidar las compañías cerealeras privadas, por los productos del agro, afectados por el crac económico a nivel mundial que empobrecía sensi­blemente a los productores agropecuarios, detalle este que también se hizo sentir entre los obreros ante la falta de trabajo en los grandes centros fabriles. (Pág. 45)

Después de trabajar durante un año y medio, en esta zona, el infortu­nio, como una maldición volvió a asestar un duro golpe a mi familia, este desastre aconteció en una mañana de octubre, mi padre, se dio cuenta que m arroyo Pergamino, dado a las intensas lluvias, había desbordado y se venía una gran inundación, al tomar conciencia de lo que eso significaba cundió una gran desesperación ante imposibilidad de poder tratar de sal­var los elementos que se pudieran rescatar. En esos momentos, yo que contaba con apenas unos tres años de edad, me quedo grabado para siempre en mi mente, la escena del gran espejo de agua que avanzaba en forma de una gran sábana tendida, hacia el lugar donde nos encontrábamos, la casa fue literalmente anegada, se aflojaron los muros de barro y paja.
Mi madre me solía decir que las aves las depositaron sobre el techo de la casa, pero algunas gallinas no pudieron ser retenidas y trataron de saltar, perdiéndose de vista, arrastradas por la gran correntada. Los que estuvieron en su hábitat natural fueron algunos patos que salieron del corral que los contenía. Libres, nadando con rumbos indefinidos sin saber luego que destino tuvieron... quizás en la olla de algún pícaro ya conocido chacarero, dedi­cado a la cocina, que se percató y los vio pasar por las cercanías.(Pág 55) 
La vida continúa y el testimonios de autores costumbristas como Ángela Moreschini nos permiten reflexionar sobre el presente para alcanzar un futuro mejor. 
El libro está esperándolos en la Goyena.
 Chalo Agnelli
Comisión Administradora Bibl. P. Pedro Goyena 
REFERENCIAS
[1] Ver en EL QUILMERO DE LA INMIGRACIÓN del 25 de noviembre de 2014, LOS SIMONETTO, ROSINA, “NOÉ”, ITALIA… OTRA PÁGINA DE INMIGRACIÓN http://elquilmerodelainmigracion.blogspot.com.ar
/2014/11/los-simonetto-rosina-noe-italia-otra.html/*


domingo, 4 de enero de 2015

LOS EUSEBI, HISTORIA DE DOS MIGRACIONES



"... en las últimas décadas, las nuevas tendencias han vuelto su mirada a las "pequeñas historias", esas que se tejen día a día y en cualquier espacio, sin la pretensión del mármol o las grandes letras de los titulares... sin muchas de esas pequeñas historias cotidianas no puede existir la historia del lugar donde se habita, y que la suma de las historias locales dan sentido a la historia nacional... Rescatar los nombres, recordar los hechos, es una tarea imprescindible, una deuda que todos tenemos  con nuestro pasado para dar sentido a un esperanzado futuro...”
Prof. Hilda Ramos
 

En una de las entregas pasadas en EL QUILMERO DE LA INMIGRACIÓN, presentamos la zaga de la familia Simonetto, [1] ahora continuamos con otra zaga de la inmigración italiana en Quilmes. Esta reseña se halla en el libro “Migraciones” [2] publicado en 2006, como parte de una tesina de un seminario que el autor de esta página realizó en el Instituto Rojas de la Capital Federal.
La inmigración italiana llegó a ser la más numerosa en nuestro país al punto que es más del tres cuartos de la población argentina tiene algunas gotas de sangre de ese origen. Hay numerosa bibliografía sobre el tema, como los libros de Fernando J. Devoto, Luis Mercadante, Ítalo Américo Garibaldi, etc. Así como páginas web referentes. [3] 
La elección de esta familia se determinó pues proviene de dos grupos migratorios distanciados entre sí por varias décadas.

LOS EUSEBI 
Entre 1945 y 1955 se produce el tercer y último período inmigratorio en la Argentina. Dice Carlos Eusebi al respecto: “... integrándose con el componente hispánico, los italianos contribuyeron a hacer de la Argentina el país más latino del mundo, manteniendo valores y formas de ser que ni la Italia actual logró preservar y que hoy son auténticamente argentinos e integran una identidad nacional.”

El primer individuo de este apellido del cual se tiene noticia es Ambrogio Degli Eusebi, secretario de “Pietro el Aretino”, que llega con la armada de Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Estuvo en Asunción y en las ruinas de la Buenos Aires fundada por Mendoza. En una carta dirigida a su superior describe lo ríos Uruguay, Paraguay y de la Plata del que califica sus dimensiones: “...tan ancho como el mar...”

Nazareno Eusebi escoltando a S.A. María Pía de Saboya, princesa del Piamonte (circa 1930)
La familia Eusebi que llegó al país en 1950 es originaria de Loreto, provincia. de Ancona, Marche. La ciudad es, en importancia, el tercer santuario de Italia. Fue fortificada por el papa Sixto V para defenderla de los sarracenos. Se halla a 195 m sobre el nivel del mar y a dos kilómetros del mar Adriático, frente a la ex Yugoslavia.

El apellido Eusebi aparece en 114 municipios italianos, pero están afincados mayoritariamente en Le Marque. Región que, otrora, se hallaba en el límite de los Estados Pontificios, antes de la unificación de Italia a fines del siglo XIX. Durante el dominio de la iglesia romana había muchos “Marchigianos”, marquesanos, que se desempeñaban como cobradores de impuestos, razón por la cual no gozaban de la simpatía de sus coterráneos, lo que dio origen al dicho. “Mejor un muerto en casa que un marchigiano en la puerta”. 
LA PRIMERA INMIGRACIÓN 
La familia que nos ocupa, no eran cobradores de impuestos, sinopropietarios de maquinarias empleadas en la cosecha del trigo. Trayendo esas maquinarias desembarcó varias veces en la Argentina Giovanni Eusebi durante en el siglo XIX. La primera vez trabajó como capataz en el Ferrocarril Rosario - Santa Fe, de una empresa inglesa. La segunda vez trajo trilladoras y se quedó tres o cuatro meses haciendo las cosechas del trigo en los campos del sur de Santa Fe y norte de la provincia de Buenos Aires. Luego volvió en una tercera ocasión con un hermano José para realizar la misma faena agropecuaria. Regresó a Italia, pero su hermano se quedó en Santa Fe transportando trigo en barcazas por el río Paraná hacia Buenos Aires. De él descienden los Eusebi que habitan o provienen de la provincia de Santa Fe. 
LOS ANCESTROS 
Giovanni era hijo de Giácomo y nieto de Vicente Eusebi, este último nacido a principios del siglo XVIII. Finalmente Giovanni volvió a Italia, se casó con María Giuggiolini y tuvieron siete hijos. Uno de ellos fue Nazareno Darío, nacido en Loreto el 10 de mayo de 1894. Trabajaba para la administración pontificia y como jefe de los empleados de la Basílica de Loreto, que cobija la Santa Casa de Nazareth; cuya Virgen Negra es la patrona de la Aviación Mundial. Estudió dibujo mecánico en la ciudad de Fermo, diseñaba aviones. Esto le valió que antes de la segunda guerra, ya casado con Argénide Josefa Juana Casali y con cuatro hijos: Giovanni Ángel Claudio (1925), Carlos Ángel Mario (24/9/28), Sandro (1933) y Romano Luis Francisco (1935), se vio absorbido por las inevitables convulsiones de la historia, fue contratado por el gobierno alemán y se trasladó a la ciudad de Rostock, en el norte de Alemania, donde se construyeron los misiles V1 y V2. Esta fábrica fue destruida por los aliados y don Nazareno se trasladó a Viena donde permaneció tres años trabajando como dibujante de los primeros aviones alemanes de propulsión a reacción. Argénide y sus hijos habían permanecido en Loreto.
Alumnos de Il Ginnasio, escuela de Loreto.  Marcado con  un círculo, el primero a la izquierda de pie, Carlos Eusebi (circa 1940)
 Al entrar las fuerzas aliadas en Italia, el país quedó dividido. Por un lado el Reino de Italia en poder de los aliados y, por otro, la República Social Italiana de Saló; de modo que don Nazareno no pudo retornar a su ciudad natal y debió refugiarse en casa de una hermana que vivía cerca de Milán.
Su mujer y sus hijos, para paliar la escasez de la guerra, sin contar con los ingresos que antes enviaba su marido, debieron alquilar habitaciones de su casa. Primero,  a los soldados alemanes de la guarnición local, a los oficiales polacos que ocuparon Loreto, luego, y por último, a oficiales italianos En 1945 Nazareno logró regresar a Loreto disfrazado de soldado polaco.
Panorama de la cittá di Loreto (circa 12.000 habitantes. Declarada ciudad por su importancia turística y Religiosa. De abril a Noviembre de cada año recibe a unos 35-40 trenes de enfermos con sus médicos y enfermeras que poden a la virgen su curación y que son asistidos gratuitamente durante tres noches en el palacio apostólico. 

ARGÉNIDE
Argénide, hija de Reginaldo Casali, nace en Argentina ( por eso el nombre), en la provincia de Santa Fe, el 8 de marzo de 1898. Su padre italiano venido también en el siglo XIX tenía un almacén de ramos generales en Rafaela. A los ocho años viaja con sus padres que resuelven regresar a Italia.
Con el correr de los años olvida la lengua castellana, pero ante los apremios de la posguerra, en 1949, recuerda su origen natal y solicita en el consulado argentino en Ancona ser expatriada con sus hijos. Así alcanzó su cometido para ella, su marido y sus dos hijos menores de 18 años: Sandro y Romano. 
PERÚ O ARGENTINA 
Primeramente habían pensado emigrar al Perú donde ya habitaba un hermano de Nazareno, pero como un tío de Argénide que vivía en Córdoba les escribió alentándolos a que viajaran hacia esa provincia argentina pues había un campo de aviación muy importante y considerando los antecedentes de Nazareno, conseguiría trabajo rápidamente como dibujante de aeronaves.

Los dos hijos mayores, Carlos A. M. y Giovanni, que había hecho el servicio militar durante la guerra, tenían más de 18 años de edad y debieron acreditar ocupaciones compatibles a las que se requerían en la Argentina para obtener el ingreso como inmigrantes. En ese momento, en pleno auge de las obras públicas implementadas por el gobierno peronista, se necesitaban torneros y obreros de la construcción. Giovanni se inscribió como albañil; y se instruyó en esa ocupación con un conocido que tenía el oficio, logrando que el consulado lo autorizara a viajar. Fue el primero en llegar a la Argentina, solo, en 1950. 
CAPILLA DEL SEÑOR 
Lo mandaron a Capilla del Señora a construir un barrio obrero. Se puso de novio con una joven del lugar de modo que cuando llegaron sus padres y hermanos se afincaron todos en ese pueblo.
Carlos aún permaneció un año y tres meses en Loreto, trabajando y residiendo en el colegio de los Salesianos, donde había estudiado tres años antes de la guerra cuando en ese establecimiento estaba los Jesuitas, hasta que su familia le envió el pasaje. También se estableció en Capilla del Señor durante seis meses, donde aprendió a tomar mate y jugar al truco. 
TALLER REGIONAL QUILMES 
Un día don Nazareno llegó a su casa con la noticia de que en el Taller Regional Quilmes de la Fuerza Aérea pedían dibujante mecánico, se presentó y obtuvo el trabajo.
Luego todos los hijos entraron en esa Base y alquilaron una casa en Berazategui en la calle 37. En 1954 compraron un lote en French y Lavalle. Obtuvieron un préstamo con extraordinarias facilidades que en esos años otorgaba el Banco Hipotecario Nacional y los sábados y domingo fueron construyendo la casa. Recuerda Carlos que su hermano Giovanni era considerado el capataz de la construcción, Romano el medio oficial y él, el peón y especialista en pastón. 
GIOVANNI EUSEBI
Juan (Giovanni) trabajo poco tiempo en el Área Material Quilmes, luego entró en la compañía naviera Costa en las oficinas de la calle Charcas en la Capital Federal. La empresa lo trasladó a Rosario. Falleció a los 53 años. Casado con Gladys Colombo, hermana del Contralmirante Colombo, tuvieron dos hijos varones: Daniel, técnico electrónico, vive en Bariloche donde hace proyectos instalaciones fabriles, a su vez tiene un hijo de nombre Marcos Gabriel; y César empleado bancario, vive en Ushuaia, es empleado bancario y tiene dos hijos Diego Ezequiel y Nadia Suyai. 
SANDRO EUSEBI 
Sandro cuando dejó la Fuerza Aérea donde trabajaba como oficial matricero, abrió un comercio de repuestos FIAT en el barrio capitalino de Flores donde reside. Casado con una española, tienen dos hijos, Sergio, arquitecto y Claudio ingeniero, que vive en Madrid hace 12 años, tiene dos hijas Constanza Nerina y Laura, esta última española. 
ROMANO EUSEBI
Romano cursó estudios secundarios en el Colegio Nacional de Quilmes y luego hizo unos años de ingeniería en la UBA. Se recibió de profesor de Física, Química y Matemática en el instituto del profesorado. Fue rector del colegio San Alfonso de Quilmes durante 35 años. Fue co-fundador y alma-pater del Instituto Cristóforo Colombo, del cual fue Representante Legal hasta su muerte acaecida el 4 de abril del 2003, También fue directivo del Pejerrey Club y Tesorero de la Fundación Filarmónica Quilmes, así como la de la Sdad. Italiana Cristóforo Colombo. Se casó con Haydée Trinca, eximia pianista y actual presidente de la Fundación Filarmónica Quilmes. Son sus hijos: Franco, empleado bancario y Luis Eusebi, baterista de la Filarmónica de la ciudad de Salta. María de los Ángeles, música instrumentista de flauta traversa, egresada del Conservatorio Nacional de Música “Carlos López Buchardo” como Profesora Nacional Superior de Música con especialidad en flauta traversa con medalla de oro.  Docente en varios colegios quilmeños y en la escuela de Bellas Artes “Carlos Morel” de Quilmes. Es primera flauta de la Orquesta Quilmes y pertenece al Grupo de la Recova. Su esposo integra la orquesta del Teatro Argentino de La Plata; 
CARLOS A. M. EUSEBI
Carlos A. M. entró en el Área Material Quilmes a los 22 años como operario por $ 2 la hora, pero por su preparación lo ubicaron
pronto en las oficinas. Allí permaneció 42 años, entró como ayudante chapista y salió jubilado como Asesor Jurídico: alcanzando la categoría máxima a la cual podía aspirar el personal civil de la Fuerza Área (Personal Civil Superior, Clase I, categoría 30)

Impulsado por ese afán de progreso económico y social que germinaba en el espíritu de todos los inmigrantes, a partir del momento que comenzaban a imaginar un proyecto de vida fuera de su tierra natal, Carlos, que tenía cursada parte de la escuela secundaria en Italia (el Gimnasio: 5 años de Latín, 2 de griego y 4 de francés entre otras materias) rindió veintiuna equivalencias entre diciembre y marzo del año 1954; y en dos años obtuvo el título de bachiller en el Colegio Martín Güemes de Bernal, que en ese entonces se llamaba “Los Derechos del Trabajador”. Ingresó en la Facultad de Derecho recibiéndose de Abogado en la Universidad de Buenos Aires y luego obtuvo el título de “Especialista” en el “Instituto de Derecho Aeronáutico y Espacial” de la Fuerza Áerea  Argentina.
Feria del Libro en la Soc. Italiana con la Prof. Bibiana Colubret e Iris Gardelliano

Es su esposa Selma M. A. Polich, hija única de Antonia Buschor y Vendel Polich, inmigrantes de lo que era la zona alemana de Hungría. Don Vendel fue profesor universitario de matemática en Hungría y en la Argentina trabajó en la empresa Tamet. Fue conocido mundialmente por ser el co-autor del Sistema Topocéntrico de Casas, libro sobre Astrología Científica de consulta obligada en todo el mundo.

Selma, en su juventud fue concertista de piano, actuando en la recordada Orquesta de Leonardo J. Gay. Hizo la licenciatura de filosofía en la facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires; habla varios idiomas; dirigió el coro de la Facultad de Derecho y fue profesora de latín, filosofía, lógica, etc, en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal Alte. Guillermo Brown.
Selma y Carlos Eusebi tienen tres hijos: Alejandra (1962), secretaria del departamento de alemán del Colegio Enrique Holmberg; casada con Néstor Campos, tienen tres hijos: Candela Iara (1994), Wanda (1995) y Ian (2001).
El segundo es Marcos Esteban (1966), abogado, recibido en la Facultad de Derecho de la Universidad de Bs. As., músico y director de los coros del Instituto Cristóforo Colombo, del Colegio de Farmacéuticos y del Colegio Manuel Estrada de Berazategui, así como representante legal del Inst. C. Colombo; casado con Patricia Frías, cantante. Y el menor, Ricardo (1971), es licenciado en física en la UBA, ganó una beca de la Universidad de Rochester (USA), y se halla en estos momentos en la Universidad de Chicago, en el Laboratorio de Partículas Cósmicas Enrico Fermi, trabajando en su tesis para el doctorado en física. Está casado con Cristina Caballero, licenciada en Biología (UBA), que también ha ganado una beca en la Universidad de Illinois, donde prepara su doctorado.

Los Eusebi pertenecen a dos de los períodos inmigratorios que tuvo la Argentina, el de fines del siglo XIX hasta las postrimerías de la primera guerra mundial y al último, de 1945 a 1955; y dentro de este, a un grupo calificado de inmigrantes.
Don Carlos M. Eusebi, a poco de afincarse en Quilmes, inicia una incesante y persistente tarea social y cultural en instituciones italianas. Luego, definitivamente, por poco más de 45 años, en la “Cristóforo Colombo” (la entidad más antigua de la provincia, fundada en 1878) Desde allí se proyecta a cuanto acto o actividad oficial o privada, se realice en el partido de
Lic. Ricardo Eusebi
Quilmes y alrededores; siendo uno de los referentes eficaces y necesarios no sólo de la colectividad italiana; desde la que trascendió notablemente, sino de toda la comunidad quilmeña. Son sus principales virtudes, además de la calidad humana y don de gentes, la constancia, perseverancia y continuidad que imprimió a su accionar, para la difusión de la cultura italiana; inteligentemente amalgamada en lo nacional y lo internacional.

El Dr. Eusebi en un homenaje a la Prof. Ana I. Manzo de Torrico
Esa tarea comienza en 1951, cuando se fundó la Leonardo Da Vinci. “Entredichos y desavenencias entre un grupo de socios y la comisión directiva de la Asociación Cultural Italiana Quilmes (creada en 1940) produjeron una escisión y algunos miembros fundaron en 1950 el Círculo Italo – Argentino Quilmes, que pasó a integrar a fines de 1952 la Asociación Cultural Italiana Leonardo Da Vinci.”[4] 
Además de Eusebi, entre otros apellidos, formaban parte de esa entidad: Fleres, Zino, Ghinassi, Rinaldi, Molluso, Favaro, Vidoto, Ramondetti, Fiorini, Ferrante, Leocata, Perugia, Andreotti, Nardi, Lazzarini, Cenci, Coletta, etc... La institución realizaba originalmente los bailes dominicales en la Sdad Española cuyo presidente era don José Goldar (padre). La secretaría se hallaba en una casa ubicada en Carlos Pellegrini 361, entre Vte. López y Sáenz Peña, pero por lo reducido del espacio, en 1954 se establecieron en C.I.B.A.S.A. Andrés Baranda y República del Líbano (antes Santiago. del Estero) La institución hacía representaciones teatrales, ópera, esgrima con el Prof. Rosso; poseían un coro y un equipo de fútbol. De todas estas actividades participó el Dr. Eusebi.
En 1958, la Leonardo Da Vinci presidida por Achille Ghinassi se fusionó con la Sdad. Italiana Cristóforo Colombo, poniéndole a la Biblioteca de esta última el nombre de la entidad incorporada.
Carlos Eusebi fue parte de los cuadros directivos de ambas instituciones y luego, hasta hoy, en la Comisión de Cultura de la Cristóforo Colombo, donde fue Presidente durante 22 años (1976-1980 y 1986-2002) Ocupó ese cargo cuando la Sociedad cumplió 100 años en 1978. Actualmente es presidente honorario y vicepresidente primero. Fue durante su intervención ejecutiva que se fundaron dos escuelas, el Ausonia, el 20 de marzo de 1960 y en 1990 el Instituto Cristóforo Colombo, el tercer establecimiento educativo de la historia de la Sociedad, sobre un proyecto del Prof. Romano Eusebi, inaugurado oficialmente el 12 de octubre de ese año del que el Dr. Carlos Eusebi sería representante legal.
En la docencia se destacó como profesor de historia antigua y medieval en la E.N.E.T. N° 4. En 1965 el gobierno italiano lo distinguió con la “Estrella de la Solidaridad” en el grado de Caballero, por estrechar los vínculos ítalo-argentinos. También fue fundador y primer presidente de la Federación de Instituciones Italianas de Quilmes, Berazategui y F. Varela (FEDISUR) Actualmente es presidente honorario y vicepresidente de la Cristóforo Colombo. Es un entusiasta estudioso e investigador de la Historia. Participó en congresos de esa ciencia, jornadas de museología, integró en 1987 1988 el taller municipal de arqueología a cargo de la Prof. Irina Podgorny y fue miembro titular del IX Congreso Nacional de Arqueología Argentina y de la V Jornada de Historia Regional Bonaerense. 
HISTORIA Y LITERATURA 
Fue autor de recopilaciones históricas. “La aviación en Quilmes” y “Un nombre para la historia de Quilmes”. A sus cualidades le suma la de escritor; es autor de cuentos y novelas publicados: “El acento italiano” (1986), “Balada para una encomienda real” (2000), “Las fuentes peregrinas” (2001) Por su obra literaria obtuvo premios y reconocimientos. Con su esposa realizó viajes de estudio por todo el mundo investigando in situ las culturas: precolombina, helena, egipcia, itálica, etc, etc. Como resultado de esas experiencias dicta conferencias audiovisuales en instituciones locales, capitalinas, de la provincia y del país. Actualmente lo hace sobre Culturas Precolombinas en la UNQUI.
De entre la colectividad italiana el Dr. Carlos Eusebi es uno de los referentes, que más significativamente, tomó la huella iniciada por los Mazza, Cichero, Oliveri, Badaracco; Balestra, Lanatta, Taiana, Fossatti, etc. Que conformaron en Quilmes, a partir de 1870, una clase media dotada de espíritu latino e híbrida en su constitución humana. En el seguimiento de esta zaga se puede vislumbrar el accionar transformador que, en lo social, produjo en la comunidad quilmeña la aluvión inmigratorio italiano. La persistencia con que conservaron al paso de las generaciones las tradiciones sociales, culturales e institucionales. 
CONCLUSIÓN
 La familia Eusebi es una de entre muchas otras familias de origen italiano con los mismos atributos fundacionales y transformadores en el partido de Quilmes. Como por ejemplo, además de los nombrados:  Abbatantuono, Abiedati, Achinelli, Agnelli, Agneti, Angelleri, Angeleti, Bacigalupo, Bacciandonne, Badaracco, Barbieri, Batistessa, Bellati, Bianchi, Bigliardi, Borelli, Borzi, Bossi, Bosso, Bottaro, Braggio, Bruzzone, Camughi, Canatelli, Canteli, Capparelli, Carabelli, Carbone, Carboni, Castagnini, Castignola, Cella, Cigliano, Colombini, Colombo, Consoli, Corsiforti, Castignola, Cotta, Cerino, Cibeli, Craviotto, D´Abate, Dalla Vía, Dalla Veneta, Della Giovanna, Della Valle, Deprati, Devicenzi, Di Notto, Di Piero, Draghi, Faggiano, Fabrizio, Favaro, Ferrari, Ferraroti, Fidanza, Fopiano, Fornabaio, Fornaroli, Galli, Gandolfo, Gardeliano, Gennari, Giaimo, Giabbaneli, Giordano, Giussani, Ghisani, Ghizzardi, Grasso, Gullota, Imberti, Lanatta, Livoratti, Luchelli, Luddeni, Loggioco, Malatesta, Magliocca, Maranga, Marchese, Marcheta, Marenzi, Martino, Marzolli, Marchissotti, Massone, Mazza, Mergassi, Mezzadra, Mezzullo, Morelli, Musante, Navone, Nocetti, Oliveri, Olivieri, Otati, Pagliero, Parodi, Pauni, Pegazzano, Peruzzotti, Persichini, Pedemonte, Piccio, Piccinini, Piastrellini, Pizzardi, Polimeni, Pollizzotto, Policcichio, Poloniolli Pozzo, Pozoni, Pugliesi, Ramadori, Richezza, Rinaldi, Riposati, Ricci, Rizzi, Rizzo, Rocca, Ronconi, Rossi, Rosso, Sanguinetti, Scrochi, Secondi, Secco, Severi, Simonetti, Simonetto, Scevola, Spelzini, Tomaseti, Traversi, Trapani, Trinca, Tiscornia, Turissi, Urli, Valerga, Vatuone, Veroli, Vezzulla, Yori, Zanussi, etcétera, etcétera, etcétera ...
Investigación Chalo Agnelli

BIBLIOGRAFÍA

“Quién es quién ... en Quilmes” Ediciones Mensajes 1996.
Eusebi, Carlos A.M. “Un nombre para la Historia de Quilmes”(La Societá Italiana di Mutuo Soccorso Cristoforo Colombo) Tiempo Sur. 2003. Quilmes.
Archivo de la Provincia “Ricardo Levene”
Archivo General de la Nación.
Departamento de Historia de la Biblioteca Pública Municipal Domingo Faustino Sarmiento.
Biblioteca y archivo del Museo Fotográfico de Quilmes.
Biblioteca Popular Pedro Goyena.
Biblioteca Popular Manuel Estrada de Bernal. 
Ver en EL QUILMERO del sábado, 14 de julio de 2012 “UN QUILMEÑO EN EL HALLAZGO DE LA PARTÍCULA DE DIOS” (colaboración) http://elquilmero.blogspot.com.ar/2012/07/un-quilmeno-en-el-hallazgo-de-la.html

Ver en EL QUILMERO del
jueves, 8 de abril de 2010 LA AVIACIÓN EN QUILMES – 1º parte (COLABORACIÓN) Colaboración de su autor el Dr. CARLOS A. M. EUSEBI http://elquilmero.blogspot.com.ar/2010/04/la-aviacion-en-quilmes-1-parte.html
viernes, 9 de abril de 2010 AVIACIÓN EN QUILMES - 2º PARTE (COLABORACIÓN)  LA AVIACIÓN EN QUILMES – 2º parte http://elquilmero.blogspot.com.ar/2010/04/aviacion-en-quilmes-2-parte.html
sábado, 10 de abril de 2010 AVIACIÓN EN QUILMES - EL ÁREA MATERIAL QUILMES - PERÍODOS - ÚLTIMA PARTE (COLABORACIÓN)  CREACIÓN DEL ÁREA DE MATERIAL QUILMES http://elquilmero.blogspot.com.ar/2010/04/aviacion-en-quilmes-ultima-parte.html 

REFERENCIAS


[1] Ver EL QUILMERO del martes, 25 de noviembre de 2014

LOS SIMONETTO, ROSINA, “NOÉ”, ITALIA… OTRA PÁGINA DE INMIGRACIÓN http://elquilmerodelainmigracion.blogspot.com.ar/2014/11/los-simonetto-rosina-noe-italia-otra.html 

[2] Agnelli, Chalo. “Migraciones – ‘Cuatro colectividades quilmeñas’ – Cinco familias para una historia social” Ed. Jarmat, Quilmes, 2006. 

[3] http://www.ancestrositalianos.com/